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Bradley

 

 

 

 

YESHUA –  Parte 3 - por Bradley

De: Brian Murphy – Agosto 23, 2004

 

Traducción Paola Damnotti

Anita Manasse – estrellam@sion.com

Por Bradley - enlakeach@yahoo.com

Descargado del Boletín del Círculo Carmesí el 23 de Agosto de 2004

 

            Y ahora llegamos a otro punto de controversia en mi vida. En este momento en el Nuevo Testamento yo simplemente...desaparezco! Por un momento soy un chico de trece años, el próximo – un hombre de treinta! Qué sucedió con aquellos diecisiete años entre medio? Yo supongo, como Rip Van Winkle, me fui a dormir, y después me desperté.

            ¿Por qué es, pensarán ustedes, que los autores de la Biblia dejaron afuera una parte tan grande de mi vida y del hecho de que tuve hermanos y hermanas?. Tal vez, luego del evento de mi cumpleaños de trece y llegando a ser “hombre”, en la tradición judía, ¿ellos sintieron que no sucedió nada de mucha importancia? Tal vez, ¿ellos sintieron que el “Hijo de Dios” parecería decididamente menos así siendo rodeado por los hermanos y viviendo una vida promedio? Tal vez, ellos no pensaron que algunas de mis actividades durante aquellos años se reflejaron bien sobre su idea de un Mesías. ¿Tal vez ellos simplemente se olvidaron? Recuerden, los libros de la Biblia no fueron ni siquiera escritos hasta algunos sesenta años luego de mi muerte. Aún hasta los apóstoles pueden tener recuerdos imperfectos.

            Voy a ofrecer tan sólo unas pocas experiencias más de mi juventud las cuales  van a poner en perspectiva algunas de mis posteriores decisiones.

            ¿“Tuvo Jesús una novia?”

            Sería menos que veraz si dijera que yo era inconsciente de que algunas de las jóvenes mujeres de Nazaret parecieran inclinadas hacia mi. Rebeca, hija de Ezra, venía de una familia de ricos comerciantes y nosotros solíamos caminar a lo largo de las colinas discutiendo los tiempos. Ella era una mujer de una profunda conciencia, un corazón suave y una mente afilada. Yo disfrutaba mucho de su compañía. Eventualmente, dándose cuenta de que yo no hablaría de nuestra relación, Rebeca juntó su coraje y me preguntó acerca del matrimonio.

            Mis amados, el matrimonio es una forma maravillosa de traer el amor de la Madre/Padre dentro de dos corazones. Puede ser un compromiso sagrado el cual asiste a ambos en sus viajes. El matrimonio nunca debería ser un lazo que ata, sino una alegría que libera. No debería servir para subyugar un corazón al otro, sino para apoyar ambos corazones en su crecimiento. El matrimonio, como cualquier cosa en la vida, solamente es hecho sagrado por el intento traído a él. ¿Pueden dos personas vivir juntas sin el matrimonio y aún desde una unión sagrada estar complaciendo a Dios? Absolutamente. La Fuente no está interesada en estructuras o fórmulas o convenciones o en el status quo. El Creador solamente está interesado en la expresión del amor, sin embargo encuentra la flor. ¿Estoy hablando del matrimonio gay y lésbico también? Si. No hay nada pecaminoso o vergonzoso cuando dos personas se juntan en amor. Además, mis hermanos y hermanas, todos ustedes son ambos, masculinos y femeninos en un grado u otro. Todos ustedes se están moviendo hacia un mundo mas equilibradamente sexual y andrógino. No desalienten al amor, amados, de cualquier forma, es su única salvación. Y déjenme agregar, en respuesta a la pregunta que ustedes acaban de formular en sus mentes: El Amor entre dos o más solamente puede existir cuando es mutuo, informado, y concientemente responsable. De otra manera, es la subyugación del libre albedrío de otro y absolutamente inaceptable bajo cualquier circunstancia.

            ¿Ustedes realmente creyeron, mis hermanos y hermanas, en su corazón de corazones, que yo podría permitir cualquier otra cosa que el amor incondicional libre de todo juzgamiento y criticismo? Por favor, no me lleven hacia las políticas basadas en el miedo y por favor, no usen mi nombre para promover políticas las cuales disminuyen al amor y la compasión y las cuales restringen las elecciones de libre albedrío que cada corazón humano individual debe tomar.

            Y así yo celebro el matrimonio, y el sexo, pero yo celebro el amor sobre todo lo demás. Pero el matrimonio, para mi, no podría haber servido a mi misión.  Mis responsabilidades con mi amada me sacarían de la enseñanza. Y yo no quise crear un linaje de hijos e hijas quienes se hubieran convertido en una “línea de sangre real”, reuniendo poder con generaciones consecutivas. Nada bueno.

            Tiernamente amé a Rebeca. Pero no pude casarme con ella ni con ninguna otra. Rebeca tomó esta noticia muy duramente, y eligió no casarse, permaneciendo leal a mi y a mi enseñaza. Ella fue una bendición para mi ministerio. Ella estuvo presente en mi muerte.

            Durante este tiempo, existía una cólera cada vez mayor por el pago de impuestos a Roma, y la ocupación general, y un grupo nacionalista que se llamó a sí mismos Zealots, nació, un grupo más político que religioso, y que no iba a esperar por la llegada del Mesías para liberarlos. Yo tenía diecisiete cuando mi hermano, James,  se unió a ellos, el mismo año que la madre de mi hermano, Simón se unió. Toda Nazaret estaba dividida sobre qué sendero elegir en negociar con Roma. Por supuesto, estas divisiones encontraron su camino dentro de nuestro hogar.

            María sabía que yo estaba por jugar un parte importante en los eventos de los tiempos, y hasta creía que yo era el Mesías. Recuerden, el Mesías era considerado que fuera un líder militar y político enviado por Dios para liberar a los judíos y para crear la patria judía. A pesar de que yo nací judío y celebrara esa sangre en mí, liberar a los judíos – o a cualquiera – de la ocupación física no era mi misión. Mi misión era liberar al espíritu humano de su ocupación auto impuesta del miedo e ilusión. Para despertar al espíritu humano a su divinidad. Para el desmayo de ciertos miembros de mi familia, y para muchos en Nazaret, quines me miraban como a un posible líder, yo decliné a involucrarme. Esta decisión abrió profundas heridas en mi familia, y en mi comunidad, algunas de las cuales nunca sanaron.

            Y así durante aquellos años me enfoqué en el apoyo financiero y material de la familia, comprometiéndome en las luchas diarias que todos ustedes enfrentan. Incluso Jesús debía pagar cuentas.

            Si, gradualmente, distribuí las responsabilidades del quehacer hogareño entre mis hermanos y hermanas de manera de que yo pudiera continuar con mis estudios. Y si, se produjeron varias oportunidades de viajar a tierras distantes por la sugerencia y la hospitalidad de varios Reyes Magos y hombres santos. De hecho, viajé a Egipto, a Persia y a India. Hasta pasé un breve tiempo en China.

            Dentro de las antecámaras de las grandiosas pirámides – las cuales debo contarles, nunca fueron pensadas como cámaras acorazadas para entierro de reyes ego-maníacos – ellos aún tienen que encontrar un singular cuerpo momificado dentro de cualquiera de ellas – aprendí los secretos de trascender el cuerpo físico, de enfrentar los miedos propios, de controlar las emociones propias. En Persia aprendí las relaciones de las estrellas con la tierra, y de la tierra con el hombre y la mujer, y fui instruido en altas matemáticas y geometría sagrada. En India estudié a los maestros hindúes y exploré las múltiples dimensiones de la conciencia y aprendí a formar materia sólida desde el pensamiento puro. Al regresar a casa, estudié con la hermandad Esenia quien me ayudó a formar todas mis experiencias y enseñanzas en una todo cohesivo. Y quienes llevaron mis crecientes poderes mentales a niveles más y más altos.

            Créanme, hermanos y hermanas, no fui el primero, ni el último en hacer lo que ustedes llaman milagros. Yo meramente aprendí las habilidades de aquellos quienes han aprendido antes que yo, tal como ustedes aprenderán de aquellos aún por venir. Y verdaderamente, no existen los “milagros” tal como ustedes piensan de ellos. Existen solamente leyes naturales y de su uso, algunas de estas leyes, como la atracción electromagnética ustedes saben. Otras, ustedes simplemente aún las tienen que aprender.

            ¿Por qué no hay mención de estos viajes míos a aquellas tierras distantes?. No hay mención de aquellos de los cuales aprendí, y quiénes en turno aprendieron de mi. Tal vez, porque, otra vez, los escritores anteriores pensaron que cualquier descripción de mi humanidad disminuiría mi divinidad. Nosotros todos aprendemos los unos de los otros, mis amigos.

            Mis maestros. Al estar presentes conmigo ahora, ustedes me enseñan acerca de ustedes mismos, de sus deseos, de sus expectativas, de sus miedos. Sus vidas. Nadie estando en todo el Universo de los universos conoce todo. Hay grandes detrás de mí en sus senderos, hay grandes delante mío. Pero verdaderamente, todos los senderos son simultáneos, ninguno más grande que el otro. Enséñense los unos a los otros. Aprendan los unos de los otros, Celebren el viaje, no el destino.

            Fue durante este tiempo que yo dejé mi juventud detrás y abracé totalmente quien yo era y a la misión que desplegué delante de mí. Comencé a enseñar abiertamente que los niños de la Madre/Padre no necesitaban la intermediación del clero. Ellos debían solamente entrar quietamente a su interior y preguntar y todo sería recibido. Enseñé que ninguna iglesia, ni templo ni ninguna caverna en una sagrada montaña eran necesarios para la comunión con Dios. Y a cualquier lugar que viajé enseñé acerca del  Único Dios, la Fuente Unificada, el Gran Iniciador. El Padre/Madre. Y enseñé del igual valor de todos los hombres y mujeres. Y ofrecí solamente un requerimiento de Todo lo que Es para Sus niños: amen a Dios con todo su corazón y con toda su mente y con toda su alma – porque ustedes son una parte de Dios – y ámense los unos a los otros como a ustedes mismos, porque ustedes verdaderamente son uno en el mismo.

            Y es en esta enseñanza que sembré las semillas de mi muerte eventual.

* * * * *

 

YESHUA – Mensaje Adicional para la Serie – por Bradley

Septiembre 5, 2004

Bradley – enlakeach@yahoo.com

Traducción: Anita Manasse

estrellam@sion.com

 

 

Hermano,

 

            Mis queridos amigos, que están encontrando algo de paz o incluso un cierto interés, en esta nueva narración de la historia de mi vida, por favor sientan el aliento de pronunciar estas palabras ustedes mismos.

 

            Fue mi intención la de hacer el lenguaje y el estilo del texto lo más cómodos posibles, para que pueda fluir fácilmente de la boca y engendrar una comunidad conmigo mismo y mi época.

 

            También fue mi esperanza de que aquellos que lean estos informes puedan pronunciarlos en voz alta y así colocarles ellos mismos en el centro mismo de mi vida y de mis pensamientos (es por eso que le pedí a un dramaturgo que reciba estas palabras.

 

            Las palabras pronunciadas en voz alta tienen poder, mis amados, y si encontrasen interés alguno en hacerlo, yo los alentaría a que mi historia sea pronunciada y compartida tanto por hombres y mujeres a fin de que, quizás, pueda impartir además a ustedes mi deseo de que arriben a un lugar libre de todas barreras hacia mi mismo y mi mensaje.

 

            Yo los animo a la risa y un sentido de juego, y espero que la música también pueda encontrar su incorporación también en cada reunión, ya que amo tanto a la música y al canto!

 

            Queridos, manifiesten mis palabras como las suyas propias, manifiesten mi vida como la suya propia, manifiesten mis deseos y mis esperanzas como las suyas propias. Honren estos mensajes en su forma escrita (el canal está preocupado de que no resuenen suficientemente a Jesús!) Permitan a sus Seres Superiores que se entremezclen libremente con mis ideas para que las mismas se puedan acercar más a las suyas.

 

            Yo Soy el Camino y la Verdad y la Luz. Así lo son ustedes, Amados.

 

Yeshua.

 

 

 

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