Tantra Nueva Tierra
Preguntas y Respuestas

 

 

Sobre el orgasmo femenino y el clímax

Consulta: Tenía dudas referente a si la mujer puede tener orgasmos internos sin necesidad de eyacular como el hombre, controlando sus orgasmos hasta un punto determinado para aumentar el kundalini, sin llegar al clímax total y si es posible llegar a la misma vez con su pareja, es posible?.

 

R:

En primer lugar deberíamos aclarar que la mujer no "eyacula" como el hombre. No existe tal cosa en la mujer similar a la eyaculación en el hombre. La mujer puede llegar a segregar grandes cantidades de fluidos, que para nada son seminales como en el hombre, ni responden al esquema fisiológico de "descarga", como en la eyaculación masculina. Por eso la mujer puede tener muchos orgasmos si que eso suponga una pérdida de energía ni un final. La sexualidad en la mujer es algo distinta que la del hombre.


La noción de "clímax" es confusa, al estar ligada a un conocimiento de la sexualidad "masculinizante". Como la sexualidad en el hombre tiende a ser una sexualidad de descarga, en occidente utilizamos la palabra "clímax" para significar ese momento máximo en la curva de excitación.

En el Tantra no podríamos hablar exactamente de clímax. En el Tantra lo que hay es una fusión de las energías entre el hombre y la mujer que lleva a lo que se conoce como el éxtasis tántrico. El éxtasis tántrico no es un momento puntual que sube para luego caer (no responde al esquema de un máximo en la curva de excitación). El éxtasis tántrico es algo donde se está, es como una meditación en pareja, es una profunda comunión, donde las individualidades se difuminan para pasar a la profunda sensación de dicha de la unión de lo femenino y lo masculino. Digamos que "dos" se hacen "uno". Podríamos considerarlo como un éxtasis místico (que sin embargo contiene también lo físico, pues el Tantra lo que hace es unir lo de arriba con lo de abajo, el cielo con la tierra).
 

Y mientras tanto, en ese camino del éxtasis tántrico, hay, o puede haber (no necesariamente), "subidas" o "picos" de energía que denominamos orgasmos, pero que no son ni mucho menos el final, sino simplemente eso, "picos" de energía.
 

Los esquemas en el Tantra cambian completamente. De una sexualidad "lineal", con un principio y un final, donde nos juntamos "para llegar" al objetivo de ese momento del orgasmo o clímax, que normalmente, y sobre todo, tal como lo vive el hombre, es el final; pasamos a una sexualidad no lineal, digamos que circular. En el Tantra no hay un principio ni un final, porque no hay un objetivo (orgasmo) al que llegar. En el Tantra hacemos el amor sin mente (la mente es la que sostiene los objetivos), y simplemente compartimos la fusión de dos seres, de dos energías que se entrelazan. El éxtasis está realmente desde que nos juntamos, pues los tantricas, al no buscar llegar a ninguna parte, hacen un éxtasis del mero abrazo, del mero sentir al otro desde el principio. Lo demás no es importante, y será la propia energía, cuando se la permite fluir sin la intervención de la mente, la que de forma natural se encargará de producir sensaciones, que no calificaremos, sino que simplemente viviremos.

El éxtasis tántrico no tiene realmente un final, pues no hay descarga de energía. Los tantricas, elevando la energía sexual, el fuego primario de la sexualidad, al corazón, lo que crean es una esfera unificada de energía a su alrededor, y en esa esfera de éxtasis pueden estar todo el tiempo que quieran. Cuando se separan para hacer otra cosa, esa esfera de energía no es que se haya gastado, sino que les acompaña a cada uno como una energía revitalizante que pueden llevar al mundo.
 

Así que, como puedes ver, al cambiar así los esquemas, tampoco tiene mucho sentido la pregunta de si es posible llegar a la vez, pues no hay ningún sitio al que llegar.
 

Estamos acostumbrados a una sexualidad que nos han contado (o que nos hemos contado a nosotros mismos) que podríamos definir como muy primaria e instintiva. Pero el Tantra no viene a enseñar nada que esté fuera de nosotros. Lo que el Tantra enseña es nuestra verdadera sexualidad, que ha estado oculta, por desconocimiento, o quizá porque interesaba a ciertos poderes para tenernos bien controlados. Y la sexualidad humana es muchísimo más que ese simple acto compulsivo, podíamos decir, desenfrenado, en el que nos montamos para llegar a no se sabe donde, siempre con la obsesión de ese punto álgido que llamamos orgasmo. La sexualidad humana es un verdadero poder espiritual, de fusión de almas y cuerpos y capaz de llevar nuestra conciencia y nuestra vibración a estados muy elevados.
 

Para poder vivir la experiencia de la sexualidad tántrica son necesarios ciertos cambios de planteamientos tanto en el hombre como en la mujer. El hombre debe aprender a no eyacular. Aunque históricamente hemos aprendido que orgasmo y eyaculación en el hombre son lo mismo, no es así. Un hombre puede tener orgasmos no ligados a la eyaculación, orgasmos, digamos, más parecidos a la forma en que se producen en la mujer. Para esto el hombre debe aprender al principio a controlar su energía y su mente para no dejarse arrastrar por ese impulso compulsivo de la eyaculación. Y la mujer también debe ayudar al hombre, eliminando de su mente el objetivo del orgasmo, de "tener que llegar". Es como si en vez de dejarnos arrastrar por el fuego explosivo, nos sentásemos encima de él y lo convirtiésemos en un rescoldo poderoso y calorífico. De esta forma, cuando se está suficiente tiempo y el hombre está "presente" desinteresada y amorosamente dentro de la mujer entregada, la magia aparece. Aunque, como ya te he indicado, el orgasmo en sí no es importante en el Tantra, habría que decir que los orgasmos tántricos, tanto en el hombre como en la mujer, son mucho más poderosos que los orgasmos de "subida-pico" que normalmente conocemos. En la mujer hay un tipo de orgasmo interno y expansivo, que muy pocas mujeres conocen. Es un orgasmo profundo de útero de gran poder sanador y unificador, que puede llevar a la mujer a la experiencia de disolución con lo que la rodea, donde el hombre, unido y entregado a la mujer, la sigue para compartir a través de ella la dicha de la fusión con el Todo (samhadi tántrico).
 

Así que el concepto de "llegar a la vez" no tendría mucho sentido en el Tantra. Como te he explicado antes, la pareja tántrica hace del acto sexual un acto de fusión el uno en el otro y en ese éxtasis de la fusión simplemente está.

 

Espero que estas palabras aclaren algo tus preguntas.
 

 

 

 

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