Tantra
Nueva Tierra
Preguntas y Respuestas
El riesgo de embarazo y el uso de anticonceptivos
Consulta: Les
escribo con la siguiente duda: soy un joven de 18 años, que he estado muy
interesado en el tantra alrededor de uno. He investigado muchísimo, y tengo un
amigo, un señor mayor ya con bastante experiencia, con el cual he tenido largas
conversaciones, y me ha servido como de especie de guía en este camino. Sin
embargo, hay algo en lo que no me ha podido ayudar. Mi amigo me dice que al usar
preservativos en el acto sexual tántrico el flujo de energía de corta. Debido a
esto, quisiera me aclarasen ¿qué métodos anticonceptivos se pueden usar para
practicar el tantra para evitar embarazos no deseados? En principio tengo que
reconocer que todavía no domino el control de la eyaculación, y que, sin
embargo, me imagino que cuando lo controle, de igual forma produciré y expulsaré
líquido preseminal a modo natural de lubricación, el cual puede contener
espermatozoides.¿qué prácticas anticonceptivas me recomiendan? ¿recaería sólo en
responsabilidad de mi pareja tomar las precauciones (digamos, pastillas, etc.)?
¿no interrumpen las pastillas anticonceptivas con el flujo energético normal de
la mujer? (me imagino que la menstruación repercute directamente en el fluido
energético de la mujer)
Espero me puedan aclarar estas dudas, y les agradezco mucho de antemano.
R:
Efectivamente, los preservativos interrumpen sensiblemente el flujo de la
energía en el acto sexual al recubrir completamente la piel del lingan
masculino.
La práctica tántrica por excelencia es desde luego el control de la eyaculación.
Cuando la eyaculación se controla y se toman las debidas precauciones, el riesgo
de embarazo se elimina. Más aún cuando se toma conciencia del poder de la propia
mujer de control sobre su organismo. Aunque haya sido completamente olvidado por
la cultura, la mujer tiene un poder interno muy poderoso de determinar cuando
desea quedarse embarazada o no.
El hombre en el Tantra aprende a controlar la eyaculación y a mantenerse lejos
de esa raya que determina cuando esta se produce. Siempre que nos mantengamos
apartados de esa raya de la eyaculación, no hay problema. Hay mucho mito, mucho
miedo y mucho desconocimiento con el tema del líquido preseminal y el peligro de
que pueda contener espermatozoides. Cuando las cosas se hacen tántricamente este
peligro no existe. Existe un liquido lubricatorio en el hombre que suele
aparecer antes de la erección. Este líquido no contiene espermatozoides a menos
que hayamos estado previamente tan excitados como para estar cerca de esa raya
de la eyaculación. Digamos que cuanta más capacidad de control y de equilibrio
por parte del hombre, más difícil es que eso se produzca. Cuanto más descontrol
y desequilibrio del hombre (falta de control de la excitación, compulsividad y
agresividad sexual) más fácil es que el esperma se haga presente.
El hombre debe aprender a serenarse, a enfocar el acto sexual como un acto de
entrega y de fusión y a no dejarse llevar por la excitación emocional y mental
que normalmente lo inunda. Cuando el acto sexual se aborda desde ahí, no tiene
porque haber problemas aunque no se utilice ningún tipo de anticonceptivo. Los
anticonceptivos han tenido que ser inventados para una sexualidad compulsiva y
un ser humano descontrolado mental y emocionalmente, es decir "sin poder".
Cuando el hombre y la mujer toman su propio poder las cosas son muy diferentes.
Y eso es lo que enseña el Tantra. Hombre y mujeres equilibrados, que han
limpiado su historia personal para ir más allá de la inconsciencia que
normalmente rodea a los actos de la mayoría de los seres humanos.
Cuando el hombre (y la mujer, pues es un tema de dos) ha aprendido ese necesario
control consciente, el acto sexual no reviste ya el obsesivo peligro del
embarazo al que estamos acostumbrados en nuestra cultura.
La clave como te decía es mantenerse lejos de la raya de la eyaculación. Desde
esa distancia de la raya de la eyaculación es desde donde se pueden experimentar
los orgasmos no eyaculatorios, o simplemente el éxtasis que está más allá de
todos los orgasmos. Siempre que nos hayamos acercado a la raya de la
eyaculación. debemos tomar entonces precauciones: el hombre no debe seguir
dentro de la mujer, debe orinar y lavarse para vaciar el conducto de cualquier
resto de esperma. Esas son las precauciones principales que hay que tener. No
continuar cuando hemos rozado esa raya de la eyaculación. Ahí es donde se
produce el verdadero peligro.
De todas formas, esto es una experiencia personal que cada uno debe evaluar. Si
no eres capaz de tener ese control consciente todavía, evidentemente tendrás que
tomar una decisión de usar algún método anticonceptivo. Aunque quizá lo mejor
sería comenzar a afrontar el acto sexual de una manera diferente, desligado del
objetivo del orgasmo y por supuesto de la eyaculación. En cualquier caso el
control de la eyaculación no es un tema fácil, pues va aparejado a una
importante sanación de los niveles mental y emocional de la persona y al
desarrollo de la consciencia del cuerpo y de la energía. Normalmente no es algo
demasiado fácil de desarrollar uno sólo, de ahí las "iniciaciones" que siempre
han existido en las práctica tántrica y que producen un cambio energético en la
persona. Cambio que luego puede ser integrado y desarrollado en la vida
cotidiana.
En cualquier caso, respecto a los métodos anticonceptivos, por su puesto, habría
que descartar completamente la píldora femenina, o métodos invasivos como el Diu.
La píldora destruye el ciclo femenino con graves consecuencias para la energía
femenina de la mujer. El Diu es un método invasivo que se instala
permanentemente dentro de la mujer. Ambos métodos son ajenos a la visión
"sagrada" de la energía y el cuerpo femenino, que el Tantra considera como
receptáculo de la Diosa.
En caso de usar métodos anticonceptivos, quizá el mejor y con menos
consecuencias destructivas, seguiría siendo el preservativo.
También el diafragma, que se coloca momentáneamente en el cuello de la vagina de
la mujer, pero no queda instalado como el Diu.
En cualquier caso, los tantricas que han llegado a sanar sus diferentes cuerpos
y a tomar control de su propia energía, son ajenos y libres de todas estas
problemáticas. Hacen el amor de forma sagrada y esa misma "presencia de lo
sagrado" en ellos les protege de todos los peligros del mundo profano e
inconsciente en el que el ser humano se mueve normalmente.
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