Escuchar en voz Lección 123 Sintámonos agradecidos hoy. Hemos llegado a sendas más
llevaderas y a caminos más despejados. Ya no nos asalta el pensamiento
de volver atrás, ni resistirnos implacablemente a la verdad. Aun hay
cierta vacilación, algunas objeciones menores y cierta indecisión, pero
puedes sentirte agradecido por tus logros, los cuales son mucho más
grandes de lo que te imaginas. Dedicar ahora un día a sentirte agradecido te aportará
el beneficio adicional de poder tener un atisbo de lo grande que ha sido
tu
progreso
y de los regalos que has recibido. Alégrate hoy, con amoroso
agradecimiento, de que tu Padre no te haya abandonado a tu suerte, ni de
que te haya dejado solo vagando en las tinieblas. Agradece que te haya
salvado del ser que creíste haber hecho para que ocupara Su lugar y el
de Su creación. Dale gracias hoy. Da gracias de que Él no te haya abandonado, y de que
Su Amor ha de refulgir por siempre sobre ti, eternamente inmutable. Da
gracias asimismo por tu inmutabilidad, pues el Hijo que Él ama es tan
inmutable como Él Mismo, Agradece que se te haya salvado. Alégrate de
tener una función que desempeñar en la salvación. Siéntete agradecido de
que tu valía exceda con mucho los míseros regalos que le diste a quien
Dios creó como Su Hijo y de que excede también los mezquinos juicios que
emitiste en contra suya. Elevaremos hoy nuestros corazones llenos de
agradecimiento por encima de la desesperanza, y alzaremos nuestros ojos
agradecidos, que ya no mirarán al suelo. Hoy entonaremos el himno de
gratitud, en honor al Ser que Dios ha dispuesto que sea nuestra
verdadera Identidad en Él. Hoy le sonreiremos a todo aquel que veamos y
marcharemos con paso ligero según seguimos adelante a llevar a cabo
nuestro cometido. No caminamos solos. Y damos gracias de que a nuestra
soledad haya venido un Amigo a traernos la Palabra salvadora de Dios.
Gracias a ti por escucharlo. Su Palabra es muda si no se la oye. Al
darle las gracias a Él se te dan a ti también. Un mensaje que no se haya
oído no puede salvar al mundo, por muy poderosa que sea la Voz que lo
comunique o por muy amoroso que sea el mensaje. Gracias a ti que has oído, pues así te vuelves el
mensajero que lleva la Voz de Él consigo y que la deja resonar por todo
el mundo. Acepta hoy las gracias que Dios te da, al darle tú las gracias
a Él. Pues Él quiere ofrecerte las gracias que tú le das, puesto que
acepta tus regalos lleno de amorosa gratitud y te los devuelve
multiplicados miles y cientos de miles de veces más. Él bendecirá tus
regalos compartiéndolos contigo. Y así, el poder y fortaleza de éstos
crecerán hasta llenar el mundo de gozo y gratitud. Acepta las gracias que Él te da y dale las tuyas
durante quince minutos en dos ocasiones hoy. y comprenderás a Quién le
das las gracias, y a Quién le da Él las gracias según tú se las das a
Él. Esta santa media hora que le dediques te será devuelta a razón de
años por cada segundo; y debido a las gracias que le das, tendrá el
poder de brindarle la salvación al mundo miles y miles de años más
pronto. Acepta las gracias que Él te da, y comprenderás con cuánto amor te
conserva en Su Mente, cuán profundo e infinito es el cuidado que te
prodiga y cuán perfecta es Su gratitud hacia ti. Acuérdate de pensar en
Él cada hora y de darle las gracias por todo lo que Él le ha dado a Su
Hijo para que éste pueda elevarse por encima del mundo, y recordar a su
Padre y a su Ser.
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