Escuchar en voz Lección 132 ¿Qué es lo que mantiene al mundo prisionero sino tus
propias creencias? ¿Y qué puede salvar al mundo excepto tu propio Ser?
El poder de las creencias es ciertamente formidable. Los pensamientos
que albergas son poderosos, y los efectos que las ilusiones producen son
tan potentes como los efectos que produce la verdad. Los locos creen que
el mundo que ven es real, y así, no lo ponen en duda. No se les puede
persuadir cuestionando los efectos de sus pensamientos. Sólo cuando se
pone en tela de juicio la fuente de éstos alborea finalmente en ellos la
esperanza de libertad. La salvación, no obstante, puede alcanzarse
fácilmente, pues todo el mundo es libre de cambiar de mentalidad, y al
hacerlo todos sus pensamientos cambian también. Ahora la fuente de los
pensamientos ha cambiado, pues cambiar de mentalidad significa que has
efectuado un cambio en la fuente de todas las ideas que tienes ahora,
que jamás hayas tenido o que algún día puedas tener. Liberas al pasado
de todo lo que antes pensabas Liberas al futuro de todas tus viejas
ideas de ir en busca de lo que realmente no deseas encontrar. El único tiempo que queda ahora es el presente. Aquí,
en el presente, es donde el mundo queda liberado. Pues al dejar que el
pasado quede cancelado y al liberar el futuro de tus viejos temores,
encuentras escape y se lo ofreces al mundo. Has esclavizado al mundo con
todos tus temores, dudas y aflicciones, con todo tu dolor y todas tus
lágrimas; y todas tus penas lo oprimen y lo mantienen prisionero de tus
creencias. La muerte lo azota por doquier porque albergas en tu mente
amargos pensamientos de muerte. El mundo en sí no es nada. Tu mente tiene que darle
significado. y lo que contemplas en él es la representación de tus
deseos, de modo que puedas verlos y creer que son reales. Tal vez
pienses que no fuiste tú quien construyó este mundo, sino que viniste en
contra de tu voluntad a lo que ya estaba hecho, un mundo que no estaba
precisamente esperando a que tus pensamientos le confiriesen
significado. Pero la verdad es que encontraste exactamente lo que
andabas buscando cuando viniste. No hay ningún mundo aparte de lo que deseas, y en eso
radica, en última instancia, tu liberación. Cambia de mentalidad con
respecto a lo que quieres ver, y el mundo cambiará a su vez. Las ideas
no abandonan su fuente. Esta idea central se menciona con frecuencia en
el texto, y debes tenerla presente si quieres entender la Lección de
hoy. No es el orgullo el que te dice que fuiste tú quien construyó el
mundo que ves y que ese mundo cambia según tú cambias de mentalidad. Pero si es el orgullo el que sostiene que has venido a
un mundo que está completamente separado de ti, que es insensible a lo
que piensas y totalmente diferente de lo que pudieras pensar que es. ¡El
mundo no existe! Éste es el pensamiento básico que este curso se propone
enseñar. No todo el mundo está listo para aceptar esto, y cada cual irá
tan lejos a lo largo del camino que conduce a la verdad, como se permita
a sí mismo ser guiado. Regresará e irá todavía más lejos, o tal vez
retrocederá un poco para luego regresar de nuevo. Mas la curación es el regalo que se les hace a
aquellos que están listos para aprender que el mundo no existe y que
pueden aceptar esta Lección ahora. El hecho de que estén listos hará que
la Lección les llegue en una forma que ellos puedan entender y
reconocer. Algunos la entienden de súbito al borde de la muerte y se
levantan para enseñarla. Otros la encuentran en una experiencia que no
es de este mundo, lo cual les demuestra que el mundo no existe porque lo
que contemplan tiene que ser la verdad a pesar de que contradice
claramente al mundo. Y algunos la encontrarán en este curso y en los
ejercicios que hoy llevaremos a cabo. La idea de hoy es verdad porque el
mundo no existe. y si en verdad éste no es más que un producto de tu
imaginación, puedes entonces liberarlo de todo lo que jamás pensaste que
era, cambiando simplemente todos aquellos pensamientos que le daban su
apariencia. Los enfermos se curan a medida que abandonas todo
pensamiento de enfermedad, y los muertos resucitan cuando permites que
los pensamientos de vida reemplacen a todos los pensamientos de muerte
que jamás albergaste. Ahora tenemos que subrayar nuevamente una Lección que
ya se ha mencionado antes, pues contiene los sólidos cimientos de la
idea de hoy. No hay lugar en el que puedas sufrir, ni tiempo que pueda
alterar tu eterna condición. Eres tal como Dios te creó. ¿Cómo iba a
poder existir un mundo de espacio y tiempo, si tú sigues siendo tal como
Dios te creó? ¿Qué es la Lección de hoy sino otra manera de decir
que conocer tu Ser es la salvación del mundo? Liberar al mundo de toda
clase de dolor no es otra cosa que cambiar de mentalidad con respecto a
ti mismo. El mundo no existe aparte de tus ideas porque las ideas no
abandonan su fuente, y tú mantienes el mundo intacto en tu mente
mediante tus pensamientos. Mas si tú eres tal como Dios te creó, no puedes pensar
estando separado de Él, ni fabricar lo que no comparte Su intemporalidad
y Su Amor. ¿Son acaso éstos inherentes al mundo que ves? ¿Crea acaso
este mundo tal como Él lo hace? A menos que lo haga, no puede ser real
ni tiene existencia alguna. Si tú eres real, el mundo que ves es falso,
pues la creación de Dios es diferente del mundo desde cualquier punto de
vista. Y así como fue Su Pensamiento el que te creó, así también son tus
pensamientos los que dieron lugar al mundo y los que tienen que
liberarlo para que puedas conocer los Pensamientos que compartes con
Dios. ¡Libera al mundo! Tus verdaderas creaciones están
esperando a que lo liberes para concederte la paternidad; y no una
paternidad de ilusiones, sino una de verdad como la de Dios. Dios
comparte Su Paternidad contigo que eres Su Hijo, pues Él no hace
distinciones entre lo que Él es y lo que sigue siendo Él Mismo. Lo que
Él crea no está separado de Él, y no hay ningún lugar en el que el Padre
acabe y el Hijo comience como algo separado. El mundo no existe porque es un pensamiento separado
de Dios, concebido para separar al Padre del Hijo y aislar una parte de
Dios Mismo, destruyendo de esta manera Su Plenitud. ¿Podría acaso ser
real un mundo que emana de esta idea? ¿Dónde se le podría encontrar?
Niega las ilusiones, pero acepta la verdad. Niega que seas una sombra
superpuesta brevemente sobre un mundo moribundo. Libera a tu mente, y
contemplarás un mundo liberado. Nuestro propósito hoy es liberar al mundo de todos los
pensamientos vanos que jamás hayamos tenido acerca de él y acerca de
todos los seres vivientes que vemos en él. No pueden estar ahí, con
todos ni nosotros tampoco. Pues nos encontramos, junto ellos, en la
morada que nuestro Padre creó para nosotros. Y nosotros, que seguimos
siendo tal como Él nos creo queremos liberar hoy al mundo de cada una de
nuestras ilusiones para así poder ser libres. Comienza cada una de las dos sesiones de quince
minutos de práctica de hoy con lo siguiente: Yo que sigo siendo tal como Dios me creó quiero
liberar al mundo de todo lo que jamás pensé que era. Pues yo soy real porque el mundo no lo es, y quiero
conocer mi propia realidad. Luego simplemente descansa, alerta pero sin tensión, y
permite que en la quietud se efectúe un cambio en tu mente, de manera
que el mundo pueda quedar libre junto contigo. No es necesario que te des cuenta de que cuando envías
estos pensamientos para bendecir al mundo, la curación les llega a
muchos de tus hermanos en remotos lugares del mundo, así como a aquellos
que ves a tu alrededor. y te percatarás de tu propia liberación, aunque
tal vez aún no comprendas del todo que nunca habrías podido liberarse
solo. Haz que la liberación que a lo largo del día, envías a
todo el mundo mediante tus ideas sea cada vez mayor, y siempre que
sientas la tentación de negar el poder de este simple cambio de
mentalidad, di: Libero al mundo de todo lo que jamás pensé que era, y
en lugar de ello elijo mi propia realidad.
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