Escuchar en voz Lección 139 Con esto se acaban todas las decisiones. Pues con esta
Lección llegamos a la decisión de aceptarnos a nosotros mismos tal como
Dios nos creó. ¿Y qué es elegir sino tener incertidumbre con respecto a
lo que somos? No hay duda que no esté arraigada en esto. No hay pregunta
que no sea un reflejo de ello. No hay conflicto que no entrañe la simple
pregunta: "¿Qué soy?" Mas ¿quién podría hacer esta pregunta sino alguien que
se ha negado a reconocerse a sí mismo? Sólo esta negativa a aceptarte a
ti mismo es lo que hace que la pregunta parezca sincera. Lo único que
cualquier cosa viviente puede saber con certeza es lo que ella es. Desde
esta perspectiva de certeza, contempla otras cosas que tienen tanta
certeza como ella misma. Tener incertidumbre con respecto a lo que
indudablemente eres es una forma de auto-engaño tan monumental, que es
difícil concebir su magnitud. Estar vivo y no conocerte a ti Mismo es
creer que en realidad estás muerto. Pues, ¿qué es la vida sino ser lo
que eres? ¿y qué otra cosa sino tú podría estar viva en tu lugar? ¿Quién
es el que duda? ¿De qué es de lo que duda? ¿A quién le pregunta? ¿Quién
le puede responder? Está simplemente declarando que él no es quien
realmente es, y, por lo tanto, al creer ser otra cosa, se convierte en
inquisidor de lo que esa otra cosa es. Sin embargo, no podría estar vivo
si no supiese la respuesta. Si pregunta como si no supiese, ello es
señal de que no quiere ser lo que es. Mas él ha aceptado lo que es
puesto que vive; también ha juzgado contra ello y negado su valor; y ha
decidido que desconoce la única certeza mediante la cual vive. De esta manera, se vuelve inseguro con respecto a su
vida, pues lo que ésta es, él mismo lo ha negado. Esta negación es lo
que hace que tengas necesidad de la Expiación. Tu negación no cambió en
nada lo que eres. Pero tú has dividido tu mente en dos partes: una que
conoce la verdad y otra que no. Tú eres tú mismo. De esto no hay duda.
Sin embargo, lo dudas. Mas no te preguntas qué parte de ti es la que
puede realmente poner en duda lo que eres. Aquello que hace esa pregunta
no puede realmente ser parte de ti. Pues le hace la pregunta a alguien
que sabe la respuesta. Mas si fuese parte de ti, entonces la certeza
sería imposible. La Expiación pone fin a la extraña idea de que es
posible dudar de ti mismo y no estar seguro de lo que realmente eres.
Esto es el colmo de la locura. Sin embargo, es la pregunta universal del
mundo. ¿Que puede eso significar sino que el mundo está loco? ¿Por qué
compartir su locura aceptando la desafortunada creencia de que lo que
aquí es universal es verdad? Nada de lo que el mundo cree es verdad. Pues el mundo
es un lugar cuyo propósito es servir de hogar para que aquellos que
dicen no conocerse a sí mismos puedan venir a cuestionar lo que son. y
seguirán viniendo hasta que se acepte la Expiación y aprendan que es
imposible dudar de uno mismo, así como no ser consciente de lo que se
es, Lo único que se te puede pedir es tu aceptación, pues
lo que eres es algo incuestionable. Lo que eres fue establecido para
siempre en la santa Mente de Dios y en la tuya propia. Está tan lejos de
cualquier duda o de que se cuestione que inquirir lo que debe ser es
prueba suficiente de que crees en la contradicción de que no sabes
aquello que es imposible que no sepas. ¿Es esto una pregunta, o bien una
afirmación que se niega a sí misma? No sigamos tolerando que nuestras
santas mentes se entretengan en semejantes insensateces. Tenemos una misión aquí. No vinimos a reforzar la
locura en la que una vez creímos. No nos olvidemos del objetivo que
aceptamos. Vinimos a alcanzar mucho más que nuestra propia felicidad. Lo
que aceptamos ser, proclama lo que todo el mundo no puede sino ser junto
con nosotros. No les falles a tus hermanos, pues, de lo contrario, te
estarás fallando a ti mismo, Contémplalos con amor, para que puedan
saber que forman parte de ti y que tú formas parte de ellos. Esto es lo que la Expiación enseña, y lo que demuestra
que la unicidad del Hijo de Dios no se ve afectada por su creencia de
que no sabe lo que es. Acepta hoy la Expiación, no para cambiar la
realidad, sino simplemente para aceptar la verdad de lo que eres, y
luego sigue tu camino regocijándote en el infinito Amor de Dios. Esto es
lo único que se nos pide hacer es lo único que haremos hoy. Dedicaremos cinco minutos por la mañana y cinco por la
noche a tener presente nuestro cometido de hoy. Comenzaremos con este
repaso acerca de nuestra misión: Aceptaré la Expiación para mi mismo, pues aún soy tal
como Dios me creó. No hemos perdido el conocimiento que Dios nos dio
cuando nos creó semejantes a Él. Podemos recordarlo por todos, pues en
la creación todas las mentes son una. Y en nuestra memoria yace el
recuerdo de lo mucho que en verdad amamos a nuestros hermanos, de lo
mucho que cada mente es parte de nosotros, de cuán fieles nos han sido
realmente y de cómo el Amor de nuestro Padre los incluye a todos. Como muestra de gratitud por toda la creación, y en el
Nombre de su Creador y de Su Unidad con todos los aspectos de la
creación, reiteramos hoy nuestra dedicación a nuestra causa cada hora,
dejando a un lado todos los pensamientos que nos pudiesen desviar de
nuestro santo propósito. Durante varios minutos deja que tu mente quede
libre de todas las disparatadas telarañas que el mundo quiere tejer en
torno al santo Hijo de Dios. Y date cuenta de lo frágiles que son las
cadenas que parecen mantener fuera de tu conciencia el conocimiento de
ti mismo, según repites: Aceptaré la Expiación para mi mismo, pues aún soy tal
como Dios me creó.
COMPARTIR CON UN AMIGO/A:
Tabla completa de lecciones UCDM
¿Qué es Un Curso de Milagros? - Prefacio
Apúntate a la Lección del día de UCDM en tu email!
|
|
|
|
|