Escuchar en voz Lección 236
Gobierno mi mente,
la
cual sólo yo debo gobernar.
Tengo un reino que gobernar. Sin embargo, a veces no parece que yo sea
su rey en absoluto, sino que parece imponerse sobre mí, y decirme cómo
debo pensar y actuar y lo que debo sentir. No obstante, se me ha dado
para que sirva cualquier propósito que yo perciba en él. La única
función de mi mente es servir. Hoy la pongo, al servicio del Espíritu
Santo para que Él la use como mejor le parezca. De esta manera, soy
yo
quien dirige mi mente, que sólo yo puedo gobernar. Y así la dejo en
libertad para que haga la Voluntad de Dios.
Padre, mi mente está
dispuesta hoy a recibir Tus Pensamientos y a no darle entrada a ningún
pensamiento que no proceda de Ti. Yo gobierno mi mente, y te la ofrezco
a Ti. Acepta mi regalo, pues es el que Tú me hiciste a mí. |
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