Escuchar en voz Lección 239 No permitamos hoy que la verdad acerca de nosotros se
oculte tras una falsa humildad. Por el contrario, sintámonos agradecidos
por los regalos que nuestro Padre nos ha hecho. ¿Sería posible acaso que
pudiéramos advertir algún vestigio de pecado o de culpa en aquellos con
quienes Él comparte Su gloria? ¿Y cómo podría ser que no nos contásemos
entre ellos, cuando Él ama a Su Hijo para siempre y con perfecta
constancia, sabiendo que es tal como Él lo creó? Te damos gracias, Padre, por la luz que refulge por
siempre en nosotros. Y la honramos porque Tú la compartes con nosotros.
Somos uno, unidos en esa luz y uno Contigo, en paz con toda la creación
y con nosotros mismos. |
|
|
|
|