Escuchar en voz Lección 250 Permítaseme contemplar al Hijo de
Dios hoy y ser un testigo de su gloria. Y que no trate de empañar la
santa luz que mora en él y ver su fuerza menoscabada y reducida a la
fragilidad; que no perciba en él las deficiencias con las que atacaría
su soberanía. Él es Tu Hijo, Padre mío. Y hoy
quiero contemplar su ternura en lugar de mis ilusiones. Él es lo que yo
soy, y tal como lo vea a él, me veré a mí mismo. Hoy quiero ver
verdaderamente, para que en este mismo día pueda por fin identificarme
con él. |
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