Escuchar en voz Lección 272 Padre, la verdad me pertenece. Mi hogar se estableció
en el Cielo mediante tu voluntad la mía.¿Podrían contentarme los sueños?
y ¿Podrían brindarme felicidad las ilusiones?¿Qué otra cosa sino Tu
recuerdo podría satisfacer a Tu Hijo? No me contentaré con menos de lo
que Tú me has dado. Tu Amor, por siempre dulce y sereno, me rodea y me
mantiene a salvo eternamente. El Hijo de Dios no puede sino ser tal como
Tú lo creaste. Hoy dejamos atrás las ilusiones. Y si oímos a la
tentación llamarnos e invitarnos a que nos entretengamos con un sueño,
nos haremos a un lado y nos preguntaremos si nosotros, los Hijos de
Dios, podríamos contentarnos con sueños cuando podemos elegir el Cielo
con la misma facilidad que el infierno. Y el amor reemplazará
gustosamente todo temor. |
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