Escuchar en voz Lección 345 Padre, todo
milagro es un reflejo de los regalos que me haces a mí, Tu Hijo. Y cada
uno que concedo retorna a mí, recordándome que la ley del amor, es
universal. Incluso aquí dicha ley se manifiesta en una forma que se
puede reconocer, y cuya eficacia puede verificarse. Los milagros que
concedo se me devuelven en la forma que más me puede ayudar con los
problemas que percibo. Padre, en el Cielo es diferente, pues allí no hay
necesidades. Pero aquí en la tierra, el milagro se parece más a tus
regalos que cualquier otro regalo que yo pueda hacer. Así pues, déjame
hoy hacer solamente este regalo, que al haber nacido del verdadero
perdón, ilumina el camino que debo recorrer para poder recordarte. Repaso para
la lección de hoy:
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