Escuchar en voz Lección 355
¿Por qué debo esperar, Padre mío, para recibir la dicha que Tú me
prometiste? Pues Tú mantendrás Tu Palabra, que le diste a Tu Hijo en el
exilio. Estoy seguro de que mi tesoro me aguarda y de que sólo tengo que
extender la mano para encontrarlo. Incluso ahora mismo mis dedos ya lo
están tocando. Está muy cerca. No es necesario que espere ni un instante
más para estar en paz para siempre. Es a Ti a Quien elijo, y a mi
Identidad junto Contigo. Tu Hijo quiere ser él mismo, y reconocerte como
su Padre y Creador, así como su Amor. Repaso para
la lección de hoy: |
|
|
|
|