Escuchar en voz Lección 77 Tienes derecho a los milagros debido a lo que eres.
Recibirás milagros debido a lo que Dios es. Y ofrecerás milagros debido a
que eres uno con Dios. Una vez más, ¡cuán simple es la salvación! Es
sencillamente una afirmación de tu verdadera Identidad. Esto es lo que
celebraremos hoy. Tu derecho a los milagros no se basa en las ilusiones
que tienes acerca de ti mismo. No depende de ningún poder mágico que te
hayas adscrito ni de ninguno de los rituales que has ingeniado. Es
inherente a la verdad de lo que eres. Está implícito en lo que Dios, tu
Padre, es. Tu derecho a los milagros quedó establecido en tu creación y
está garantizado por las leyes de Dios. Hoy reivindicaremos los milagros a los que tienes
derecho, pues te pertenecen. Se te ha prometido total liberación del
mundo que construiste. Se te ha asegurado que el Reino de Dios se
encuentra dentro de ti y que jamás lo puedes perder. No pedimos sino lo
que en verdad nos pertenece. Hoy, sin embargo, nos aseguraremos también
de no conformarnos con menos. Comienza las sesiones de práctica más largas de hoy
diciéndote a ti mismo con absoluta certeza que tienes derecho a los
milagros. Cierra los ojos y recuerda que estás pidiendo únicamente lo
que por derecho propio te pertenece. Recuérdate también a ti mismo que
los milagros jamás se le quitan a uno para dárselos a otro, y que al
reivindicar tus derechos estás haciendo valer los derechos de todo el
mundo. Los milagros no obedecen las leyes de este mundo. Proceden
simplemente de las leyes de Dios. Después de esta breve fase introductoria, espera en
silencio la ratificación de que se te ha concedido tu petición. Has
pedido la salvación del mundo así como la tuya. Has pedido que se te
concedan los medios a través de los cuales se puede lograr esto. Es
imposible que no se te den garantías al respecto. No estás sino pidiendo
que se haga la Voluntad de Dios. Al hacer esto, no estás realmente pidiendo nada. Estás
afirmando un hecho innegable. El Espíritu Santo no puede sino asegurarte
que se te ha concedido tu petición. El hecho de que la aceptases lo
confirma. Hoy no hay cabida para la duda ni la incertidumbre. Estamos
haciendo por fin una petición real. La respuesta es una simple
exposición de un simple hecho. Recibirás la ratificación que buscas. Nuestras sesiones de práctica más cortas serán
frecuentes, y estarán dedicadas a recordar un simple hecho. Repite hoy
frecuentemente: Tengo derecho a los milagros. Pídelos cada vez que se presente una situación que los
requiera. Reconocerás tales situaciones y como no estás dependiendo de
ti mismo para encontrar el milagro, tienes pleno derecho a recibirlo
siempre que lo pidas. Recuerda también que no te debes conformar con nada
que no sea la respuesta perfecta. Si te asaltan tentaciones, di de
inmediato: No intercambiaré milagros por resentimientos. Quiero únicamente lo que me pertenece. Dios ha establecido mi derecho a los milagros.
Tengo derecho a los milagros porque,
"La luz ha llegado - Lección 75."
y porque,
"No me gobiernan otras leyes que las de Dios - Lección 76."
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¿Qué es Un Curso de Milagros? - Prefacio
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