Escuchar en voz QUINTO REPASO - Lecciones
151 a 170 Ahora iniciamos otro repaso. Esta vez estamos listos
para poner mas de nuestra parte y dedicar más tiempo a nuestro empeño.
Reconocemos que nos estamos preparando para un nuevo nivel de
entendimiento. Queremos dar este paso resueltamente, para poder seguir
adelante con mayor certeza, mayor sinceridad y mayor fe. nuestros pasos
han sido inciertos, y las dudas nos han hecho andar con lentitud e
inseguridad por el camino que este curso señala. Pero ahora vamos a ir
más de prisa, pues nos estamos acercando a una mayor certeza, a un
propósito más firme y a una meta más segura. Padre nuestro, afianza nuestros pasos. Aplaca nuestras
dudas, aquieta nuestras santas mentes, y háblanos, No tenemos nada que
decirte, pues sólo deseamos escuchar Tu Palabra y hacerla nuestra. guía
nuestras prácticas tal como un padre guía a su hijo pequeño por un
camino que éste desconoce, pero que aún así, el hijo lo sigue, seguro de
que está a salvo porque su padre le muestra el camino. De este modo es como llevamos nuestras prácticas hasta
Ti. Si tropezamos, Tú nos levantarás. Si se nos olvida el camino,
sabemos que Tú siempre lo recordarás. Y si nos extraviamos, Tú no te
olvidarás de llamarnos. Aligera nuestros pasos ahora de modo que podamos
caminar con mayor certeza y mayor rapidez hasta Ti. Y aceptamos la
Palabra que Tú nos ofreces para unificar nuestras prácticas, a medida
que repasamos los pensamientos que Tú nos has dado. He aquí - al final de este párrafo - el pensamiento
que debe preceder a los pensamientos que vamos a repasar. Cada uno de
éstos clarifica algún aspecto de dicho pensamiento o contribuye a
hacerlo más significativo, más personal y verdadero, así como más
descriptivo del santo Ser que compartimos y que ahora nos preparamos
para conocer de nuevo: Dios es sólo Amor, y, por ende, eso es lo que soy yo. Sólo este Ser conoce el amor. Sólo sus pensamientos
son perfectamente congruentes; sólo ese Ser conoce a Su Creador, se
comprende a sí mismo y goza de un conocimiento y amor perfectos, así
como de un estado de unión constante con Su Padre y Consigo Mismo. Y eso es lo que nos espera al final de la jornada.
Cada paso que damos nos acerca un poco más. Este repaso acortará el
tiempo de manera inconmensurable si tenemos presente que Eso es nuestra
meta y que a medida que lo ponemos en práctica es a Eso a lo que nos
acercamos. Levantemos de las cenizas nuestros corazones y dirijámoslos
hacia la vida, recordando que Eso es lo que se nos promete, y que este
curso nos fue enviado para allanar el sendero de la luz y enseñarnos,
paso a paso, cómo regresar al eterno Ser que creíamos haber perdido. Yo te acompaño en esta jornada. Pues por el momento
comparto tus dudas y tus miedos, de manera que puedas recurrir a mi que
conozco el camino por el que se supera toda duda y temor. Caminamos
juntos. Es preciso que yo entienda lo que es la incertidumbre y el
dolor, aún cuando sé que no tienen ningún significado. Sin embargo, un
salvador debe permanecer con aquellos a quienes enseña, viendo lo que
ellos ven, pero conservando en su mente el camino que lo condujo a su
propia liberación, y que ahora te conducirá a ti a la tuya junto con él.
Al Hijo de Dios se le sigue crucificando hasta que camines por esta
senda conmigo. Mi resurrección se repite cada vez que conduzco a un
hermano sin contratiempo alguno allí donde la jornada termina para ya no
recordarse más. Me siento renovado cada vez que un hermano aprende que
hay un camino que nos libera a todos de la aflicción y del dolor. Y
renazco cada vez que un hermano se vuelve hacia la luz que mora en él y
me busca. No me he olvidado de nadie. Ayúdame ahora a conducirte de
regreso allí donde la jornada empezó para que puedas llevar a cabo otra
elección conmigo. Libérame mientras practicas una vez más los
pensamientos que te he traído de Aquel que ve tu extrema necesidad, y
que conoce la respuesta que Dios le ha dado. Juntos repasaremos estos
pensamientos. Juntos les dedicaremos nuestro tiempo y esfuerzos. Y
juntos se los enseñaremos a nuestros hermanos. Dios no permitiría que en
el Cielo faltase nada. Éste te está esperando, al igual que yo. Sin ti
yo estoy incompleto. Conforme me complete regresaremos juntos a nuestro
hogar ancestral, el cual se preparó para nosotros desde antes de que el
tiempo comenzara, y se ha mantenido a salvo de los azotes de éste, así
como inmaculado y seguro, tal como será cuando al tiempo le llegue su
fin. Permite, entonces, que este repaso sea el regalo que
me haces a mi. Pues esto es lo único que necesito: que oigas mis
palabras y que se las ofrezcas al mundo. Tú eres mi Voz, mis ojos, mis
pies y mis manos, con los cuales llevo la salvación al mundo. El Ser
desde el que te llamo no es sino tu propio Ser. A Él nos dirigimos
juntos, Toma a tu hermano de la mano, pues no es éste un camino que
recorramos solos. En él yo camino contigo y tú conmigo. La Voluntad del
Padre es que Su Hijo sea uno con Él. ¿Cómo no iba a ser, entonces, todo
lo que vive uno contigo? Permite que este repaso sea un intervalo en el que
compartimos una experiencia que es nueva para ti, aunque tan antigua
como el tiempo e incluso aún más antigua. Santificado sea tu nombre,
Inmaculada tu gloria para siempre. Tu plenitud ahora es total, tal como
Dios lo dispuso. Tú eres Su Hijo, y completas Su extensión con la tuya.
No practicamos sino una antigua verdad que sabíamos desde antes de que
la ilusión pareciese apoderarse del mundo. Y le recordamos al mundo que
está libre de toda ilusión cada vez que decimos: Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo. Con esto damos comienzo a cada día de nuestro repaso.
Con esto empezamos y con esto concluimos cada periodo de práctica. Y con
ese pensamiento nos vamos a dormir para despertar con esas mismas
palabras de nuevo en nuestros labios, y darle así la bienvenida al nuevo
día. Todo pensamiento que repasemos lo envolvemos con ése, y
utilizaremos dichos pensamientos para mantenerlo firme en la mente y
claro en nuestra memoria a lo largo del día. Y así, cuando hayamos
terminado este repaso, habremos reconocido que las palabras que decimos
son verdad. Las palabras, sin embargo, no son sino recursos
auxiliares y, excepto por el uso que hacemos de ellas al principio y al
final de cada periodo de práctica, se usarán sólo para recordarle a la
mente su propósito, según lo dicte la necesidad. Ponemos nuestra fe en
la experiencia que se deriva de las prácticas, no en los medios que
utilizamos. Esperamos la experiencia, y reconocemos que sólo en ella
radica la convicción. Usamos las palabras y tratamos una y otra vez de
ir más allá de ellas hasta llegar a su significado, el cual está mucho
más allá de su sonido. Éste se hace cada vez más tenue hasta que
finalmente desaparece, a medida que nos acercamos a la Fuente del
significado. Y ahí es donde hallamos reposo.
Tabla completa de lecciones UCDM
¿Qué es Un Curso de Milagros? - Prefacio
Apúntate a la Lección del día de UCDM en tu email!
Más Información sobre UCDM y forma de trabajo |
|
|
|
|