ENCUENTROS CON YOGUIS DE HOY
Por
Mayte Criado –Madâlasâ-
SWAMI
KRISHNANANDA de Madrid.
“La experiencia del Conocimiento
estaría incompleta sin considerar que hay una etapa por la que hay
que pasar, que es “renunciar a la renuncia” para ver al mismo Ser en
Todo”
Conocí a Swami Krishnananda
coincidiendo con su salida de la Organización
internacional de los Centros de Yoga Sivananda donde estuvo 18 años.
Puedo decir que he vivido muy de cerca todo su proceso de
integración en lo que podemos llamar el mundo “real” después de
muchos años de retiro y servicio dentro de una comunidad de Yoga. He
aprendido cosas esenciales para mi vida de su ejemplo y su
autenticidad. Esto es exactamente lo que caracteriza a Swami, su
autenticidad. Muchos hemos tenido el privilegio de acceder a sus
conocimientos fundamentados, sobre todo, en la experiencia y en la
práctica personal cosa que, hoy en día, es difícil de obtener.
Swami Krishnananda fundó en 2004 el
Instituto Yoga Retiro en Madrid y colabora como Formador de
Profesores de Yoga en algunas escuelas de España y, asiduamente, en
la Escuela Internacional de Yoga.
“Esperar a que el mundo cambie sin
que cada uno hagamos sobre nosotros mismos la transformación
necesaria para crecer y evolucionar, es sólo una espera inútil”
Mayte Criado
–
Swami ¿cuánto tiempo ha pasado desde
que conociste el Yoga? ¿Cómo fueron tus comienzos?
Swami Krishna. –
Hace ahora unos 26 años que tuve mi
primer encuentro “casualmente” en la calle con Swami Vishnudevanda,
a quien no conocía. Al cruzarme con sus
ojos, según salía del coche que le trajo a una sala de conferencia,
me lanzó tal sonrisa de reconocimiento y comunicación entre nuestros
seres internos, que marcó mi vida en aquellos años. Pareció que nos
conociéramos de cientos de años. Eso fué el final de un periodo
quizás de unos 8 años en los que, infructuosamente, intentaba
entender un súbito despertar espiritual que surgió en mí durante mis
estudios universitarios y que me llevaba a estados meditativos
espontáneos e incontrolables. Esta etapa trastocó bastante mi
relación con la cotidianeidad de la vida e incrementó aún más
una personalidad, ya muy introvertida, deseosa de huir de la
lucha por la supervivencia habitual.
Además
desarrolle un sentido de ego espiritual muy distorsionado. Por
ejemplo, en mi primera clase de Yoga en el Centro Sivananda salí de
la clase asustado argumentando que el Yoga no era
para mí. Ya había construido muchos “castillos en el aire”.
De acuerdo a la profunda influencia
de un libro sobre la vida de Ramana
Maharshi concluí que si quería progresar en el autoconomiento
debería pasar por la convivencia con un Maestro según marcaba la
tradición.
Sentí que la escuela de Yoga Sivananda me proveía de esa
posibilidad así que, en mi propia interpretación personal, abandoné
mi trabajo en un restaurante y dije adiós a mi familia con la
consiguiente revolución. En poco tiempo con la práctica de Karma
Yoga, que es la base de convivencia en un Ashram, empecé a
comprender algunas cosas.
M.C. –
Estuviste en los Centros
Internacionales de Sivananda casi 20 años y pienso que es una
experiencia vital-existencial que te hecho, de alguna manera, llegar
hasta aquí; supongo que ha puesto los pilares de tu crecimiento, de
tu evolución incluso de tu percepción de la vida ¿me equivoco?
S. K. –
Sin duda que no te equivocas. Mi gran
agradecimiento siempre estará en la oportunidad, que a mí
personalmente me ha dado la vida, de pasar por la experiencia del
sistema GURUKULA “vivir en la casa del Maestro”. La base de este
sistema es la confianza en tu maestro, que es lo mismo que decir
confianza en las enseñanzas, en todo aquello que él representa y que
no es otra cosa que el desarrollo de una verdadera actitud de
servicio. Aquí la intención personal es muy importante. Este tema
actualmente nuestro sistema social lo ha pervertido y aunque
cíclicamente salen a la luz pública casos de maestros que no aplican
correctamente este sistema, pienso definitivamente que nuestra
sociedad se ha hecho bastante inútil para crear discípulos y
estudiantes que sepan aprovechar la presencia de un Maestro en sus
vidas. Por ello nos hemos ido al otro extremo de no aceptar ni al
principio de nuestra etapa espiritual la guía de nadie cuando esto
puede ser imprescindible en no pocos casos.
M.C. –
¿Qué sentido tiene para
alguien, hoy en día, permanecer en una comunidad espiritual como la
Escuela Sivananda? Si yo misma viniera a pedirte consejo sobre si
debo o no renunciar a mi mundo exterior para retirarme a vivir en un
tipo de estructura similar, ¿qué me dirías? ¿En qué debería
reflexionar?
S.
K. – Guru
significa aquel o aquello que muestra la Luz en la oscuridad y en la
confusión. El ambiente que crean los Maestros o todo aquello que uno
considera Maestro, hace que se activen en nuestra Consciencia las
claves para el trabajo de una sadhana o
práctica equilibrada de los pilares del Yoga. Este conocimiento se
hace uno con el discípulo y se implanta para siempre en él aunque no
se dé una convivencia física al uso. Creo que hay quien puede
necesitarla y, en ese caso respondiendo a tu pregunta, debería
reflexionarlo claramente ya que la cercanía física de un Maestro
potencia la evolución del estudiante e impulsa los cambios que deban
ser hechos. En todo caso, la evolución personal y el proceso de cada
uno es lo que indica la forma específica de este sistema. El sistema
Gurukula se empezaba generalmente desde la adolescencia. Para una
persona como tú que ya está implicada en la vida social o incluso
con familia, renunciar al mundo exterior no tendría sentido. La
Ciencia del Yoga tiene todos los recursos necesarios para llevarnos
a la comprensión última de la vida también desde lo cotidiano del
mundo que hemos creado.
M.C. –
Hay algo así como dos aspectos
que se conocen de ti y que están presentes en todo lo que conforma
tu vida, en tus clases, en lo que transmites… una es esa especie de
curriculum que te avala como una persona de tradición, y otro es tu
tendencia, yo diría casi inocente, de permanecer profundamente
abierto a todas las posibilidades que genera el Yoga o la vida,
incluso en formas de pensamiento, estilos, tendencias, maestros etc.
Esto último, por lo que he podido observar, en principio, es lo que
precisamente te alejó en su día (hace 6 años) de una estructura
concreta, en este caso Sivananda pero, a su vez, Sivananda (como
linaje) sigue presente en tu casa, en tu mundo y en tus enseñanzas.
¿Es así? ¿Cómo se explica esto y qué sentido puede tener?
“Siempre agradeceré
a mis Maestros la aceptación de mis peculiaridades personales”
S. K. –
Ha sido
siempre común en mí utilizar todos los recursos posibles para el
autoconocimiento. Siempre he permanecido abierto a todo. Más que de
forma inocente yo diría de un modo sincero. Para poder incluso
prolongar mi estancia por tantos años en la Escuela Sivananda tuve
que utilizar recursos que obtuve por mi cuenta y que viví por mi
cuenta. De alguna forma, siempre agradeceré a mis Maestros la
aceptación de mis peculiaridades personales. Quizás eso que llamas
inocencia, hoy en día para mí, es un reflejo de mi actitud, cada vez
más consciente, de estar abierto a vivir las experiencias que me
tocan vivir hasta el final, sabiendo que de ello me quedará
exactamente lo que tengo que aprender.
Creo que las estructuras han
existido, existen o existirán con una función de apoyo a la
evolución de cada individuo según éste lo necesite. La mayoría de
sadhanas tienen que ser estructuradas en tiempo y espacio satvicos
(puros y luminosos) determinados que se complementen con la caótica
vida cotidiana donde la cualidades de Rajas (exceso de actividad y
pasión) y Tamas (letargo y adormecimiento)
predominan velando nuestra esencia. Si una persona no sabe
desarrollar cualidades satvicas necesita de estructuras espirituales
que proveen de estos espacios donde cualquier persona que lo desee
pueda acudir a renovarse. Si no queremos pertenecer a una
estructura, acabaremos creando una a la que otros vendrán. Ahora
bien, el vinculo con tu familia original de Maestros nunca debe ni
puede perderse.
M.C. -
Las personas que te conocemos
y disfrutamos de tu amistad coincidimos en que confluyen en ti la
autenticidad, la honestidad y la apertura. Llama la atención que
todos tengamos la idea de que eres un verdadero Swami. Yo misma
subrayo esta singularidad. Tal vez sea una idea más o menos
abstracta en nuestras mentes ya que, realmente, no sabemos bien qué
es ser un Swami ¿Qué es ser un Swami y por qué nos llega de ti esta
percepción?
S. K. –
Cualquier persona, por el
hecho de tener mente y cuerpo, está expuesta a fluctuaciones y
comportamientos propios y de otros que, en un momento dado, pueden
dar lugar a juicios, positivos o negativos,
según su propio desarrollo. ¿Qué es lo verdadero?
Un swami no se libra de ello tampoco. De hecho, hay personas,
que tú no conoces, que no me consideran un verdadero swami. Aquí
está actuando una ley evolutiva del plano dual en el que funciona la
mente: todo estudiante, después de haberse incluso inspirado muchos
años con su maestro, podrá llegar a odiarlo e incluso a matarlo (o
llevarlo a la cárcel si es el caso) considerándolo no verdadero.
Tenemos múltiples ejemplos de ello en la historia del Yoga y la
espiritualidad e incluso en las relaciones normales de la vida, por
ejemplo las familiares. Lo bueno sería que todo ello nos ayudara a
comprender todas estas emociones humanas contradictorias, que nos
hablan de dependencia, para poder trascenderlas.
Ser un swami, para mí, significa
saber soltar las circunstancias de tu vida antes de que estas te
hayan sumido en confusión y desesperanza; es por tanto, generar una
verdadera actitud de apertura al vacío de lo nuevo; aquello que
todavía no está definido. Hay muchas personas que tienen esta
cualidad y la siguiente cuestión vendrá para todos: ¿estamos en
situación de soltar sin hacer daño a otros? aquí hablamos de viveka
o discriminación para un entendimiento correcto. Un verdadero swami
sabrá aplicar este conocimiento correctamente. Y aún así mira por
ejemplo la primera renuncia del príncipe Gautama cuando salió de su
palacio en busca del Conocimiento.
La experiencia del Conocimiento
estaría incompleta sin considerar que hay una etapa por la que hay
que pasar, que es “renunciar a la renuncia” para ver al mismo Ser en
Todo.
“El Mundo cambia en función de los
cambios que cada uno hace conscientemente sobre si mismo”
M.C. –
Swami tienes idea de ¿hacia dónde va
el Yoga o hacia dónde debería ir?
S. K. –
El Yoga, en sus principios esenciales, ha sido, es y será tal cual
porque es ya completo como es. Hay una tendencia a colorearlo con
nuevos nombres y formas pero ese nuevo color que parece novedoso
solo oculta, la mayoría de las veces, la superficialidad,
utilitarismo y el mercantilismo.
Sin embargo, a nivel sobre todo práctico, es conveniente
remarcar que la evolución sobre el conocimiento del cuerpo, en
cuanto a la anatomía y la fisiología; la mente e incluso la
conciencia, están evolucionado (y muy rápido) y el Yoga, por tanto,
debe y está encontrando nuevas formas de aplicación directa. Dado
que la experiencia del Yoga es muy personal, lo lógico es que
aparezcan diferentes escuelas y linajes que, estoy seguro de que
perduraran si tienen sus raíces en la tradición y además contribuyen
a la época en la que se crean.
M.C. –
¿qué le falta al ser humano para que
el mundo cambie?
S. K. –
Swami Vishnudevananda solía mencionar que podríamos convertir una
tela determinada en otra completamente distinta solo
si somos pacientes en ir cambiando hilo a hilo y
substituyéndolo por uno nuevo de otro color.
Creo profundamente que los cambios
deben generarse en uno mismo. Esperar a que el mundo cambie sin que
cada uno hagamos sobre nosotros mismos la transformación necesaria
para crecer y evolucionar es solo una espera inútil.
Definitivamente, el Mundo cambia en función de los cambios que cada
uno hace conscientemente sobre si mismo.
-
Puedes encontrar a Swami Krishnananda
en
www.yogaretiro.es