Eclipse Solar, por Juan Merino Bartrina.
Amados trabajadores de
la Luz de la Conciencia de Gaia, la Madre Tierra,
A las
puertas del Gran Portal de Eclipses de marzo/abril 2015!
Un agujero de gusano a la conciencia de 4ª-5ª dimensión, cuyo
comienzo coincide con el equinoccio y la luna nueva de 20 de marzo
2015.
Este importantísimo portal de eclipses es el primero de este año
2015 (el segundo será en el mes de septiembre) y viene a recoger y
elevar la energía simétrica del mismo portal de eclipses que ocurrió
en el 2014.
Los portales de eclipses son rasgaduras en el tejido
espacio-temporal (mente) que producen una gran alteración de la
conciencia, al igual que las explosiones solares y todos los eventos
cósmicos que llevamos pasando en los últimos años. Esta alteración
de la conciencia no hay que verla como algo negativo (aunque en
muchas personas produzca efectos caóticos a nivel físico / mental /
emocional) sino como grandes oportunidades para mover dicha
conciencia anclada a las viejas energías y patrones emocionales y
limitantes del pasado, en un "salto" hacia el nuevo paradigma ya
anclado en la Tierra de la 4ª-5ª dimensión.
Son necesarios shocks, "estremecimientos", en la mente anclada a su
aparente zona de comodidad (lo conocido), para que dicha mente pueda
desestructurarse un poco y acceder a esas nuevas energías de
conciencia de las que llevamos hablando tanto tiempo y que tienen
que ver con la Presencia Crística o Mente Superior que está más allá
de los pobres y esclavizantes parámetros de la mente-ego humanos.
Este próximo portal de eclipses coincide además con el final de la
cuadratura Urano / Plutón, que ha marcado los últimos tiempos y que
ha forzado la salida a la luz de todo lo oculto y escondido en esa
vieja conciencia del ego a la que nos referimos. Marca realmente el
final de las relaciones humanas basadas en el karma, para pasar a
las relaciones basadas en el dharma, en la familia álmica, en el
amor y en la conciencia.
Quizá este año 2015 con sus dos portales de eclipses réplica del
2014 en una frecuencia más elevada, sea una de las últimas
oportunidades dada al ser humano para posicionarse y elegir el lugar
de conciencia por el que transitará en el futuro (la vieja
separación del “grano y la paja”). O la vieja conciencia del miedo,
la lucha, la proyección emocional y la guerra, o la nueva energía de
la Luz, el Amor y el Poder.
Os deseamos un buen inicio del tránsito por esta apasionante energía
en la que entramos (realmente llevamos en ella ya varios años) y os
dejamos con un “clásico” de explicación de los que son la 3ª-4ª-5ª
dimensión, para el que no lo haya leído todavía.
También el link a las principales fechas de lunas y eventos
astrológicos de este año 2015.
http://tantranuevatierra.com/eventos/LUNACIONES_y_EVENTOS_ASTROLOGICOS_2015.asp
El Ser Crístico, las Dimensiones y los 144.000 Maestros
Ascendidos:
http://www.ascensionnuevatierra.es/titulares1.asp
Un fuerte abrazo.
En el Amor y el Servicio,
NAMASTE!
Keshavananda
www.ascensionnuevatierra.es
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Los Eclipses y sus Temporadas
Por Sarah
Varcas
http://astro-awakenings.co.uk/
11 de Marzo 2015
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Los eclipses se
presentan en grupos de
dos o tres dentro de una
temporada de eclipses
que dura 36 días.
Durante ese período,
cualquier Luna Llena o
Nueva ocurre como
Eclipse Lunar o Solar
respectivamente. Una
temporada de eclipses se
presenta cuando el Sol
está dentro de los 18
grados de uno de los
Nodos de la Luna, esto
es, los puntos en el
recorrido orbital de la
Luna donde se cruza con
el recorrido del Sol.
Las temporadas de
eclipses surgen cada
seis meses.
¡Los Eclipses son
nosotros!
En general, los eclipses
tienen mala reputación,
sin duda a causa del
miedo que provocaban en
días pasados, cuando los
eclipses totales dejaban
a un pueblo en la
oscuridad, y la luz -
sostén de la vida - era
erradicada por una
fuerza aparentemente
todopoderosa. Hoy en día
estamos mejor informados
sobre los mecanismos
cósmicos de un eclipse.
Sabemos que la luz, ya
sea solar o lunar,
regresará, y nos
maravillamos ante el
evento si tenemos la
suerte de
experimentarlo, sin
temer por nuestras vidas
en ese proceso. Pero
todavía la psiquis
colectiva teme a los
eclipses y a todo lo que
pueden traer a nuestra
puerta.
En tanto yo nunca
sugeriría que el miedo
sea una respuesta útil
ante un eclipse próximo,
ciertamente aconsejaría
prudencia en términos de
nuestro nivel de
consciencia. Los
eclipses son, por
cierto, momentos de gran
potencia en que se
pueden desatar sobre
nosotros fuerzas desde
el interior y desde el
exterior, y debemos
estar alertas ante su
acción sobre nuestras
vidas. A diferencia de
nuestros antepasados,
sin embargo, podemos
reconocer que estas no
son fuerzas separadas de
nosotros, que intentan
nuestra desgracia, sino
fuerzas desde nuestro
interior que intentan la
expresión y el
reconocimiento. Sí, los
eclipses a veces nos
traen eventos que pueden
poner nuestras vidas en
total agitación en ese
momento, pero en una
vida nunca sucede nada
que no sea
característico del
individuo de cuya vida
se trata. La astrología
nos enseña eso por
encima de todo. Vivimos
la energía de nuestra
carta natal y vamos
tejiendo nuestro propio
patrón e hilándolo en
ella. Nuestro nacimiento
nos da la materia prima,
pero nosotros ponemos en
ella nuestro sello con
cada palabra, acción,
pensamiento y
respiración.
Y así sucede durante una
temporada de eclipses
porque, lo que sea que
nos trae - por muy
sorprendentes,
improbables, chocantes o
bienvenidos que sean los
eventos - nace del campo
de energía esencial que
somos nosotros, tú y yo.
Son característicos de
quienes somos, del
camino que hemos de
recorrer y del
crecimiento necesario
para llegar a ser todo
lo que podemos ser.
Percibirlos como algo
distinto de esto es
negar la naturaleza
esencial de nuestra
existencia, tejida a
través del tiempo y el
espacio, conectada hacia
arriba, aquí y allá, con
el despliegue de este
universo en perpetua
expansión que requiere
que nosotros lo
acompañemos
expandiéndonos. Un
eclipse puede cambiar la
vida de la persona para
siempre y dejar a otra
persona sin afectar, no
porque uno sea
afortunado o
infortunado, maldecido o
bendecido, sino porque
cada individuo, por su
propia naturaleza,
experimenta la energía
del eclipse en la forma
en que sólo él puede. En
la forma en que sólo él
debe hacerlo.
Impredecibilidad
Predecible
Las temporadas de
eclipses tienen efectos
notablemente
impredecibles. Aun
aparte de los eclipses
reales, una vez que
estamos en la temporada,
ya no se sabe y puede
suceder cualquier cosa.
A menudo la vida da una
sensación de estar
acelerándose de alguna
forma. Se acumula la
presión y las tensiones
se desbordan cuando
menos lo esperamos.
Alternativamente, pueden
aparecer avances y se
puede lograr un progreso
inesperado. A veces
suceden ambas cosas al
mismo tiempo, ¡y más
aún! Los eclipses nos
enseñan que hay muchas
otras dimensiones
actuando en nuestras
vidas y no podemos
controlarlas todas, ni
por mucho que podamos
imaginar. Estamos
sujetos a toda clase de
fuerzas, influencias y
energías, ante las
cuales nos hemos de
inclinar en tiempos como
estos, reconociendo que,
como dijo una vez el
Dalai Lama, "A veces es
una maravillosa suerte
no obtener lo que uno
quiere."
El estudio de los
efectos de los eclipses
a lo largo de años me ha
revelado que suelen
condensar un proceso que
llevaría mucho más
tiempo si no fuera por
ellos. Una relación que
pensábamos que debía
terminar en los meses
siguientes, de pronto
termina de la noche a la
mañana. Terminada y
enterrada y se acabó. Un
proyecto de trabajo que
estuvimos cocinando el
año anterior y
pensábamos lanzar el año
siguiente, de pronto
encuentra su momento y
hay que iniciarlo rápido
para "aprovechar la
marea." Ese molesto
dolor que hemos notado
durante unos meses, y
por el cual debiéramos
haber consultado, de la
noche a la mañana se
vuelve impostergable y
nos encontramos en la
sala de guardia del
hospital. Los eclipses
esquivan el proceso y
nos empujan a otra
etapa. A veces puede ser
emocionante, otras veces
aterrador en extremo,
pero cualquiera de los
dos nos muestra que lo
que pensamos que
teníamos planeado
probablemente ¡no iba a
funcionar así en
absoluto! Una vez que
esto se nos revela,
tenemos una opción. Esta
opción está en el centro
del desafío que cada
temporada de eclipses
presenta:
¿Nos resistimos y
luchamos contra el nuevo
cronograma de nuestras
vidas, o rompemos el
viejo y vamos adelante
con la nueva
configuración?
Por supuesto todos
sabemos probablemente la
respuesta "correcta": no
resistirse al universo,
sino seguirlo. Pero no
es tan fácil, ¿verdad?
Estamos tan firmemente
cableados para creer que
nuestra vida debe ser de
cierta manera y
desplegarse según
nuestros propios tiempos
y no los ajenos, que
cuando un suceso
inesperado nos golpea de
refilón nuestra
configuración por
default trata de volver
a como eran antes las
cosas, o nos lamentamos
por el "destino injusto"
que nos ha acaecido.
Puede que nos
identifiquemos tan
intensamente con este
enfoque que nos neguemos
incluso a buscar una
manera positiva de
manejar este nuevo
conjunto de
circunstancias, porque
hacer algo así parece
equivalente a aceptarlo
sin luchar, ¡y
sencillamente no estamos
preparados para hacer
eso! Entonces luchamos
contra los eventos en
nuestras vidas,
diciéndonos que no
podemos arreglarnos con
el nuevo orden de cosas.
Necesitamos recuperar
algún control y volver
al mando. Incluso cuando
parece que las cosas van
a nuestro favor, un
eclipse puede dejarnos
con la sensación de
estar inestable y sin
control: "No me di
cuenta de que iba a
tener tanto éxito y
atención," puede
resultar tan inquietante
como "¿Cómo me las voy a
arreglar sin la persona
con que he pasado la
última década?" La
esencia del desafío
humano subyace a ambas
preguntas:
"¿Cómo vivo cuando la
vida no está a la altura
de mis expectativas?"
No sé ustedes; yo estoy
cargada de expectativas
desde el momento de
despertar hasta el
momento en que me
desplomo en la cama al
fin del día. Algunas
parecen bastante
insignificantes, como
esperar que haya pan en
la panera para el
desayuno (y a veces
descubro que nos lo
comimos todo y no nos
dimos cuenta); espero
que salga agua de la
canilla cuando voy a
llenar la pava (y casi
siempre lo hace). Otras
tienen más importancia:
espero poder caminar
cuando me levanto de la
cama, espero que mi
esposo y yo acabemos el
día juntos, y no
separados por alguna
tragedia inesperada que
altere nuestras vidas.
Pero la verdad es que
ninguno de nosotros sabe
qué traerá el próximo
momento, y la temporada
de eclipses nos recuerda
este hecho
colectivamente, no para
resaltar los crueles
giros del destino que
operan sobre nuestras
vidas, sino para
alentarnos a despertar
al peso de nuestras
expectativas y comenzar
a liberarnos de su
amarre restrictivo.
Una vez que podemos
hacer esto (¡y créanme
que todavía estoy
practicando!) la vida
toma un color muy
diferente. El agua que
sale de la canilla se
vuelve un milagro
cotidiano que nos
mantiene vivos. ¡La
panera vacía es un
recordatorio de que ni
siquiera podemos
predecir el desayuno! La
tragedia que todos
rogamos para que no nos
suceda, revela uno de
los misterios más
profundos de la vida:
que aún en nuestra hora
más oscura podemos
encontrar momentos,
segundos, de paz si los
buscamos, y que la cosa
que tememos que nos
quiebre, eventualmente
puede hacernos más
fuertes y más sabios.
Dentro de la
constelación de
expectativas que todos
llevamos, están las
raíces del descontento,
la desesperación y la
insatisfacción. Cuanto
más dedicamos energía a
ellas, menos energía
tenemos disponible para
nosotros cuando la vida
no acata los planes. La
clave no es asegurarse
de que nunca suceda
¡(cosa que no podemos
hacer, no importa cuánto
lo intentemos!) sino
aceptar el hecho que lo
hace, y por tanto
reconocer que la vida
nos vive a nosotros y no
a la inversa. Esto es un
mensaje central de la
temporada de eclipses,
algo que necesitamos
aceptar y, cuando
podamos, celebrar.
Porque si la vida sólo
hace lo que queremos
cuando queremos, estamos
limitados para siempre a
lo que han soñado
nuestras imaginaciones y
expectativas en nuestras
mentes pequeñitas e
irrelevantes. Una vez
que le permitimos a la
vida tomar el control,
ni siquiera el cielo es
el límite; ¿quién sabe a
dónde podría llevarnos?
Lo que consideramos un
inconveniente puede
transformarse en el
portal hacia una
experiencia totalmente
nueva. Lo que rotulamos
como tragedia se
transforma en el momento
en que reconocemos qué
es lo que realmente
importa en la vida. Lo
que vemos como fracaso
puede volverse un camino
para descubrir un
talento oculto que nunca
supimos que teníamos.
Por eso debiéramos dar
la bienvenida a las
temporadas de eclipses,
junto con todo lo que
traen para nosotros,
tanto en lo personal
como en lo colectivo.
Porque, sea lo que sea,
podemos estar seguros de
que el obstáculo más
grande siempre es el que
está dentro de nosotros,
bajo la forma de
nuestras expectativas y
presunciones sobre la
vida. En última
instancia, en este
momento de cambio
impredecible, lo que se
está puliendo es cómo
nos manejamos con eso.
Sarah Varcas
© Sarah Varcas 2015.
Todos los derechos
reservados. Se permite
compartir libremente
este artículo en su
totalidad si se otorga
crédito total a la
autora, se distribuye
libremente y se incluye
la URL
www.astro-awakenings.co.uk
Traducción: M. Cristina
Cáffaro
Difusión: El Manantial
del Caduceo
http://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
https://www.facebook.com/ManantialCaduceo
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¿De dónde nace la supuesta ansiedad de estos días?
www.shurya.com
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Estamos todos integrando
la mayor cantidad de
energía que habíamos
podido imaginar, y viene
más, es la entrada de la
vibración,
Hasta ahora integramos
los cuerpos de luz, en
nosotros, y ahora esa
luz está trabajando a
nivel celular, para que
se despierte nuestra
propia luz, lo que
llamamos BIOFOTONES, o
luz celular.
Y a la vez trabajarnos
para que sintamos
internamente nuestra
vibración.
En
realidad, al entrar la
energía, está
reactivando el chacra
del corazón unificado, a
nivel de chacra corona,
desciende la energía por
el prana y se dirige al
corazón unificado, que
es el conjunto de tres
chacras: garganta, plexo
y timo.
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