TANTRA
NUEVA TIERRA. Conciencia
Física cuántica, tiempo
y oración.
Extracto del libro "El Efecto Isaías" de Gregg Braden.
La ciencia de la física cuántica, desarrollada
a principios del siglo XX, aporta principios que hacen que el tiempo, la oración
y nuestro futuro estén íntimamente relacionados de modos que sólo estamos
empezando a comprender. Entre las fascinantes propiedades de la teoría cuántica
está la existencia de muchas posibles consecuencias para un momento dado en el
tiempo. Si evocamos el pasaje bíblico de «en casa de mi Padre hay muchas
mansiones», la «casa» de nuestro mundo es la sede de muchas de las posibles
consecuencias de las situaciones que creamos en nuestras vidas. Más que crear
nuestra realidad, sería más exacto decir que creamos las situaciones a las que
atraemos los futuros resultados, ya establecidos, a ocupar su puesto en el
presente.
Las elecciones que realizamos como individuos determinan qué mansión, o
posibilidad cuántica, experimentamos en nuestras vidas personales. A medida que
nuestras elecciones individuales van cayendo en amplias categorías que afirman o
niegan la vida en nuestro mundo, las múltiples opciones se fusionan en una sola
respuesta colectiva a los retos del momento. Por ejemplo, si elegimos el perdón,
la compasión y la paz, atraeremos futuros que reflejarán esas cualidades. La
belleza de la analogía ya citada de Hermes Trismegisto «como arriba, así abajo»,
es que nos muestra el significado de cada elección que ha realizado cada hombre
y cada mujer, de cualquier procedencia, en cada momento. En el mundo cuántico no
hay acciones ocultas, y cuenta cada acción de cada individuo. Nos encontramos en
un mundo que creamos juntos.
Quizá los pasajes con más autoridad de nuestros perdidos textos precristianos
hagan referencia a una antigua ciencia conocida hoy en día como oración.
Considerada por muchos como la raíz de toda tecnología, la oración, que es la
unión del pensamiento, el sentimiento y la emoción, representa nuestra
oportunidad de hablar el lenguaje del cambio en nuestro mundo y en nuestro
cuerpo. Las palabras de otros tiempos nos recuerdan el potencial que la oración
puede aportar a nuestras vidas. Las modernas investigaciones, con el lenguaje de
nuestra propia ciencia, nos ofrecen las mismas visiones. pudo documentar
mediante estudios que se realizaron en algunas de las principales ciudades del
mundo, donde se pudo medir el descenso del índice de criminalidad ante la
presencia de continuas vigilias de paz realizadas por personas preparadas para
este fin.` Los estudios descartaron la posibilidad de la «coincidencia»
ocasionada por los ciclos naturales, los cambios en la política social o el
cumplimiento de la ley. Mientras un estado de calma y de paz se creaba en el
seno de los grupos de estudio, los efectos de sus esfuerzos se dejaron sentir
mucho más allá de las fronteras de las paredes y de los edificios donde tenían
lugar. Mediante una red invisible que parecía impregnar el sistema de creencias,
las organizaciones y los estratos sociales de los barrios del centro de las
ciudades, la elección de la paz por la que optaron unas cuantas personas alcanzó
a la vida de muchas. Había un efecto directo claramente observable y mensurable
en la conducta humana que estaba en correlación con los grupos que se habían
centrado en la oración y la meditación.
Gregg Braden - (extracto del libro El Efecto Isaías)
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