ASCENSIÓN NUEVA
TIERRA. Nueva Conciencia.
Palabras de
profecía en la Asamblea General de las Naciones Unidas, del 26 de junio de 2009
- Un discurso de la Nueva Era en la ONU
Palabras del
Presidente de la Asamblea General a la adopción del «outcome document» de la
Conferencia de Internacional de Naciones Unidas sobre la Crisis Financiera y
Económica Mundial y Su Impacto Sobre el Desarrollo
Nueva York, 26 de Junio de 2009
Excelencias,
Colegas de las Naciones Unidas,
Representantes de la Sociedad Civil,
Hermanas y hermanos todos,
Hemos llegado a la mitad del tercer día de esta histórica conferencía de las
Naciones Unidas sobre la Crisis Financiera y Económica Mundial y su impacto
sobre el desarrollo. Los felicito a todos por haber tan exitosamente iniciado la
conversación global sobre la crisis económica que aún sigue desarrollándose y
también por haber dado inicio a una profunda y sin precedente revisión de la
arquitectura financiera y económica internacional.
El mundo ha tenido la oportunidad de escuchar las voces del G192. Todos los
miembros de la Asamblea General han tenido y siguen teniendo la oportunidad de
expresar sus puntos de vista. Hoy nuestros esfuerzos han sido coronados con la
adopción por consenso de un "outcome document" que representa el primer paso
dentro de lo que será un largo proceso para poner al mundo en un nuevo camino
hacia la SOLIDARIDAD, estabilidad y sostenibilidad.
La Asamblea General de las Naciones Unidas, el G-192, ya ha quedado establecida
como el foro propicio para discutir asuntos de las finanzas y economía mundial,
ésto en si ya es un gran logro. Además, se ha pedido a la Asamblea General dar
seguimiento a estos temas atravez de un grupo de trabajo especial de composición
abierta.
Los temas para seguimiento abarcan desde la mitigación de la crisis, incluyendo
los temas de Estímulos Globales, Derechos Especiales de Giro (DEGs) y Monedas de
Reservas, hasta temas sobre la reestructuración de los sistemas y arquitectura
financieros y económicos, incluyendo la reforma de las instituciones financieras
internacionales y el rol de las Naciones Unidas, deuda externa, comercio
internacional, inversiones, impuestos, asistencia para el desarrollo, la
Cooperación Sur-Sur, nuevas formas de financiamiento, corrupción y flujos
financieros ilícitos, regulación y supervisión.
Se reconoce, a la vez que la crisis financiera y económica no debería retrasar
la necesaria respuesta mundial al cambio climático y la degradación del medio
ambiente a través de iniciativas para lograr una "economía verde."
El G-192 se ha probado capaz de acordar, por consenso, la realización de esta
Conferencia, sus modalidades y un documento final sustantivo sobre temas de gran
relevancia para la humanidad. Ha sido, además, capaz de definir un camino a
seguir para llevar adelante el proceso a partir de las Líneas de Acción del
Documento Final de esta Conferencia.
Han sido 3 días muy exitosos de trabajo y, ahora que ya ha sido aprobado
formalmente el documento final, debemos de congratularnos todos y felicitar muy
especialmente a nuestros cofacilitadores los Embajadores Frank Mayoor de El
Reino de los Países Bajos y el Embajador Camilo Gonsalves de San Vicente y las
Granadines. Por supuesto que expresamos también nuestro mas sentido
agradecimiento a la Comisión Presidencial de Expertos tan hábilmente coordinando
por el Profesor Joseph Stiglitz.
Estamos felices pero no contentos, o mejor dicho, no totalmente satisfechos. Hay
otras crisis que se vislumbran en el horizonte, como la del agua potable, la del
calentamiento global, la alimentaría, la energética y la humanitaria de los
millones de hermanos y hermanas, especialmente de los más pequeños que pasan
hambre y tienen sed.
Esas crisis tenemos que afrontarlas todos juntos. Nuestras propuestas de hoy
apuntan en esa dirección. Pero aún queda mucho por hacer.
Estamos felices por las manifestaciones de voluntad política de asumir nuestra
común responsabilidad de cooperar, pero no estamos contentos mientras estas
cuestiones acuciantes no se hayan resuelto.
Mi función, como Presidente de esta Asamblea General, donde se reúnen
representantes de todos los pueblos de la Tierra, es invitarles a mirar lejos, a
ir más allá de la economía, a mirar con esperanza el futuro común de la Tierra y
de la Humanidad.
Cabe entonces preguntarnos ¿Cuál es el próximo paso? No necesariamente el
próximo paso de la economía sino de la humanidad. ¿Hacia dónde vamos?
Probablemente ningún sabio en este momento, nos sepa responder ésto con certeza.
Pero si no sabemos, podemos todos juntos buscar y forjar los consensos que nos
puedan conducir hacia un escenario esperanzador para todos y para la Madre
Tierra.
En este contexto me viene a la mente la visión de un gran científico,
arqueólogo, que era a la vez un místico, el francés, Piere Teilhard de Chardin.
Desde China en donde él hacia sus investigaciones sobre el "homopekinensis" tuvo
una especie de visión.
Mirando los avances tecnológicos, comerciales y de las comunicaciones que
reducían distancias y ponían las bases de lo que él prefería llamar
mundialización, en vez de globalización, Teilhard de Chardin decía,ya en los
años 30 del siglo pasado: estamos asistiendo a la emergencia de una nueva era
para la Tierra y la humanidad.
Va a irrumpir, nos decia de Chardin, la Noosfera, después de haber irrumpido en
el proceso evolutivo la antropósfera, la biósfera, la hidrósfera, la atmósfera y
la litósfera. Ahora es la nueva esfera, la esfera de las mentes y de los
corazones sincronizados: la noósfera. Como saben noos (nus) en griego significa
el espíritu y la mente unidos al corazón.
¿Hacia dónde vamos? Me permito creer y esperar que vamos todos a asistir a la
lenta pero irrefrenable irrupción de la noósfera. Los seres humanos y los
pueblos van a descubrirse y aceptarse como hermanos y hermanas, como familia y
como una especie única, capaz de amar, de ser solidaria, compasiva, no violenta,
justa, fraterna, pacífica y espiritual.
¿Es una utopía? Si, una utopía, pero una utopía necesaria. Ella nos orienta en
nuestras búsquedas. La utopía es, por su naturaleza, inalcanzable. Pero es como
las estrellas: son inalcanzables. ¿Pero qué serian nuestras noches sin las
estrellas? Serian pura oscuridad y estaríamos sin rumbo y perdidos. Por eso la
utopía nos da dirección y sentido de vivir y de luchar.
La noósfera es pues el nuevo paso para la Humanidad. Permítanme una pequeña
digresión: Si en los tiempos de los dinosaurios que vivieron mas de cien
millones de años sobre la tierra y que desaparecieron hace unos 65 millones de
años, un observador hipotético se hubiera preguntado cuál sería el siguiente
paso en la evolución, probablemente hubiera pensado: más de lo mismo. Es decir,
dinos aún más grande y más voraces.
Pero con esa respuesta se hubiera equivocado. Este hipotético observador jamás
hubiera imaginado que un pequeño mamífero no más grande que un conejo, que vivía
en las cimas de los árboles, alimentándose de flores y retoños, temblando de
miedo ante la posibilidad de ser devorado por algún dinosaurio, llegaría a ser
nuestro ancestro.
De él, millones de años después, irrumpió algo absolutamente nuevo, con
cualidades totalmente diferentes de las de los dinosaurios, un ser portador de
conciencia, de inteligencia y de amor: el ser humano, y nosotros que estamos
aquí reunidos somos sus descendientes.
Por lo tanto, no fue más de lo mismo. Fue una ruptura, fue un nuevo paso.
Creo firmemente que hoy otra vez estamos de cara a un nuevo paso en el proceso
evolutivo: el paso hacia una humanidad unida entre sí, unida con la naturaleza,
unificada con la Madre Tierra.
Casi me atrevo a repetir: "I have dream!" Si, efectivamente, es un sueño. Un
sueño grandioso, bueno y feliz.
El paso nuevo tendrá como contenidos principales: la vida en todas sus formas,
la Humanidad con todos sus pueblos y etnias, la Tierra como Madre con toda su
vitalidad y la economía creando las condiciones materiales para que todo eso se
haga posible. Vamos a necesitar del capital material acumulado pero el acento
será sobre el capital humano y espiritual cuyos frutos mejores son fraternidad o
hermandad, cooperación, solidaridad, amorización, justicia económica y
ecológica, compasión y capacidad de vivir alegremente con todas las diferencias,
en la misma Casa Común, la grande y generosa Madre Tierra.
Dicen por ahí que Jesús, Buda, Francisco de Asís, Rumí, Tolstoy, Gandhi, Dorothy
Day y Martin Luther King y tantos otros grandes profetas y maestros del pasado y
del presente, cada país y cultura con los suyos, habrían ya anticipadamente dado
este paso nuevo.
Todos ellos son nuestros maestros seminales, nuestras estrellas guía, que
alimentan en nosotros el principio de esperanza que nos garantiza de que aún
tenemos futuro, un futuro bienaventurado para todos.
Como ha dicho muy bien nuestro querido hermano Joseph Stiglitz: "El legado de la
actual crisis económica y financiera será una batalla de alcance global en torno
a las ideas".
Yo firmemente creo que serán nuevas ideas, nuevas visiones y nuevos sueños los
que galvanizaran nuestros espíritus y nuestros corazones. Los viejos dioses
están agonizando, los nuevos están naciendo con el vigor de un recién nacido.
Mis reflexiones quieren aportar energía y entusiasmo para esa batalla de ideas y
de visiones.
Para poder dar el salto cualitativo hacia adelante los humanos debemos desistir
de nuestro empecinamiento en creernos dueños y señores de la creación,
propietarios, olvidando que solo somos mayordomos - que, por lo demás - ya es
ser mucho.
Solo cuando aceptamos que somos tutores y no dueños y que un día tendremos que
rendir cuenta de nuestra tutoría (stewardship), solo entonces resplandecerá la
grandeza de nuestra humanidad.
Muchas gracias.
Discurso en la página oficial de Naciones Unidas:
Página oficial de Naciones Unidas:
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