ASCENSIÓN NUEVA
TIERRA. Bases Tantra.
El Tantra y la
"realidad"
El Tantra, al igual que el Yoga, reconoce la insustancialidad del mundo (Maya),
en el sentido de no-causa. El mundo no sería una causa, sino un efecto, creación
de la mente. Como la física cuántica ya ha demostrado sobradamente, la realidad
subyacente al mundo material es no-materia, pura energía interconectada, que
responde a nuestros pensamientos y emociones. Este es el concepto de Maya o
Ilusión proveniente de los Vedas y presente tanto en el Tantra como en el Yoga y
el Budismo. El mundo es ilusión en el sentido de no-causa. Es una realidad
relativa. Real para el que está "atrapado" en ella. Para el que no se da cuenta
de la realidad más allá y toma el mundo como realidad objetiva causal.
El Tantra reconoció la existencia de una realidad ulterior (Dios, Espíritu) al
mundo manifestado. Esta realidad ulterior es nuestra verdadera naturaleza, a la
que podemos acceder a través del conocimiento directo (conocimiento silencioso),
más allá de la mente racional.
Todo el trabajo, tanto del Tantra, el Yoga y el Budismo, se resume en
transcender esa ilusoria naturaleza (el "yo" corporal o ego) para a través del
samadhi meditativo acceder al conocimiento directo del Espíritu que somos. El
ego, o yo limitado, separado del Ser Supremo, se sustenta de la mente automática
cerebral. La mente neuronal programada y que nos ata a la visión restringida del
mundo y de nosotros mismos.
El tantrica utiliza el mundo para transcenderse a sí mismo, sin renunciar al
mundo mismo. Renunciar al mundo sería, para el tantrica, otra ilusión más
producto de la misma mente de la que quiere liberarse. No hay nada de donde
escapar, pues la naturaleza del Ser Supremo es todo y está en todo. Lo único que
tenemos es que llevar a la conciencia esa naturaleza. Desde este punto de vista,
el Tantra acepta el mundo y la totalidad de lo que somos. El Tantra no desea
escapar de la Tierra para ir a ningún nirvana ulterior, pues considera que el
nirvana está aquí mismo, en la misma materia. De esta forma, el tantrica
considera sagrados todos sus actos y utiliza su cuerpo, su sexualidad y su mundo
para llevarle a la experiencia de esa realidad suprema.
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