Desde la visión unitaria y no dualista del Tantra, sólo existe un principio en el universo que emana e impregna todas las cosas. Este principio, o Dios, se encuentra en todo, es realmente todo, no habiendo realmente nada al margen de dicho principio. De esta forma el Tantra considera de igual forma lo de "arriba" que lo de "abajo", lo "grande" que lo "pequeño", el cielo y la tierra. Todo es sagrado en este universo y expresión de esa fuerza que llamamos Dios o Espíritu. Por lo tanto el Tantra no propugna la superioridad de una cosa sobre la otra. Para el Tantra todo es igualmente espiritual, la tierra es igual que el cielo, la materia es igual que el espíritu y no tenemos que renegar o relegar nada en aras de otra cosa, no tenemos que escaparnos de la tierra para llegar al cielo. El trabajo del Tantra es, simplemente, llevar la consciencia del Espíritu a todo, unir el cielo y la tierra.
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