La energía sexual es en realidad una "jugada maestra" del universo, del Espíritu. La energía sexual es la energía magnética presente en todo lo manifestado, es el "imán", el "pegamento" que une las dos polaridades, femenino, masculino, yin, yang. Podemos constatar esa energía presente en todo lo que nos rodea, en lo más profundo de la materia, en el electromagnetismo que sustenta la danza de la materia a los niveles más elementales. Esa energía es la que a niveles macroscópicos se plasma en esa fuerza que llamamos en nosotros la sexualidad.
La energía sexual es la fuerza de unión en la materia. Encarnamos en la materia, en egos individuales, en cuerpos aparentemente separados, pero ahí existe esa fuerza que nos impele a unirnos una y otra vez. La energía sexual es la gran jugada del Espíritu para "unir en la tierra lo que ya está unido en el cielo".
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