Introducción al Tantra
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En Occidente se asocia la palabra Tantra a prácticas de sexo sagrado. Pero el Tantra es mucho más que eso. La realización de prácticas sexuales basadas en las tántricas son inservibles si no se apoyan en una verdadera sadhana (la práctica esforzada) yóguica, que obliga a un triple dominio: sobre la respiración, el vacío de la mente y sobre los fenómenos corporales.
Aunque el tantrismo se encuadra dentro de la tradición védica, y en algunas
ocasiones se considera el Tantra el Quinto Veda, el Veda de la Edad de Hierro
(Kali yuga), es evidente que muchas de las enseñanzas del Tantra son
anteriores a los Vedas. Aunque se han conservado prácticamente intactas gracias
a la transmisión oral de maestro a discípulo, en cada momento se han adaptado a
las circunstancias sociales, personales y de otro tipo, pero su esencia se ha
mantenido a lo largo de miles de años.
El Tantra nació hace más de cinco mil años en el valle del Indo, en el Pakistán
actual, entre los dravidianos, pueblo que extendió su civilización desde el Indo
al mar Rojo y el Mediterráneo. A partir del siglo IV de nuestra era se produjo
un importante resurgimiento bajo la forma de tantrismo shivaíta, el
Trika (tantrismo no dual de Cachemira) y la escuela del Kaula, una de
las más importantes e influyentes. India es la cuna del Tantra, sobre todo los
estados de Bengala, Assam, Kerala y Cachemira.
Los textos que recogen las enseñanzas del Tantra están escritos en clave
simbólica, lo que dificulta su comprensión sin la ayuda adecuada. Suelen estar
redactados como un diálogo en el que Shiva responde a las preguntas de
Devi en los papeles de maestro y discípula. Habitualmente están
estructurados en cuatro apartados: Gñana (conocimiento), Yoga
(práctica), Kriya (acción) y Carya (culto y conducta). Su gran
divulgador en Occidente ha sido el juez inglés Sir John Woodroffe, quien a
principios del siglo XX, bajo el seudónimo de Arthur Avalon, escribió numerosos
libros sobre el tema, muchos de los cuales aún son hoy día de indispensable
referencia bibliográfica.
En Occidente estamos habituados a movernos en un mundo que se basa en la dualidad: en el origen “separo Dios la luz de las tinieblas” (Génesis, 1:4). Es esencial tener en cuenta que el tantrismo se ubica más allá de toda separación entre la luz y las tinieblas, entre los hombres y Dios. Es no dual. La meta del Tantra es la Unidad, experimentar el yo individual como parte del Todo Indivisible (Brahma). Para ello se recurre a técnicas de visualización y meditación, además de ritos de unión sexual en algunas de sus escuelas.
Muchas de las técnicas que habitualmente asociamos al Yoga y al hinduismo en general, son en realidad de origen tántrico, como los mantras, los mudras, los yantras, así como toda la concepción del cuerpo sutil con sus chakras, nadis, talas y marmas, y muchas más cosas.
En términos más actuales diríamos que el Tantra es un camino sagrado de autorrealización o de integración personal. Tantra es el recurso para poder convertir una cosa en otra. Es la alquimia de la existencia. Transforma algo sin valor en algo valioso, sintetiza multitud de opciones y las concentra en el propio ser humano. No rechaza nada mundano ya que todo puede ser transformado en algo valioso. Es un proceso por el cual un hombre o una mujer, puede cortar de raíz todo aquello que esclaviza la mente.
La mejor pregunta que puede realizarse una persona es ¿quién soy yo? Si uno no
sabe quien es, se miente a sí mismo y le miente al mundo, “uno puede terminar
convirtiéndose en aquello que finge ser” Un tántrico tiene que crear primero
las bases del carácter, es decir, del control de las emociones, de los
estímulos, obteniendo un conocimiento y experiencia, para poder establecerse en
aquello que le afirma.
¿Y que dice la shastra (las escrituras) que es el Tantra?
Tantra es la expansión de la mente por la liberación de la energía.
La expansión de la mente sobre los siete niveles de conciencia.
La liberación de la energía de las dimensiones densas de la materia.
Tantra es el sistema por el cual la energía primordial (shakti) es liberada desde el núcleo de la mente.
El acto del culto en el Templo del Cuerpo consiste en concentrar la actitud creativa, canalizando hacia arriba la energía sexual. Este proceso evolutivo, experimentado en forma de estremecimiento extático, tiene lugar en el Templo del Cuerpo a todos los niveles, desde el nivel físico hasta el más sutil. La consciencia de sus condiciones físicas y sutiles es parte integral de la actitud creativa. El templo corporal debe mantenerse limpio, sano y en armonía, debido al respeto que nos merece la divinidad que vive en su interior. Ese amor sensual es un acto de gran potencia mágica y espiritual, y constituye uno de los principios del Tantra.
En muchas tradiciones místicas, sobre todo occidentales, podemos encontrar con frecuencia la idea de renunciar a la carne por el bien del alma. En realidad, este es un esfuerzo inútil, ya que cualquier cosa que sea reprimida reaparecerá inevitablemente. El Tantra enseña que debemos emplear en el camino hacia la Liberación todos nuestros dones de la mente, el cuerpo, la cabeza y el corazón. Al consagrar todas las partes de nuestro Ser a un propósito elevado, las integramos en un Todo. De esta forma, las emociones y pasiones pueden ser transformadas en la alegría del éxtasis transcendental.
El crecimiento personal puede ser acelerado simplemente cambiando nuestros
hábitos. Es necesario acabar con la condición de dependencia inherente a las
costumbres. Todo acto intencional de la voluntad tiene una potencia mágica y es
mucho más efectivo que los actos habituales y no intencionados. El cuerpo humano
es capaz de realizar adaptaciones extraordinarias, incluso cuando parece estar
rígido. Cuando vencemos el miedo inicial al cambio, podemos verdaderamente
empezar a disfrutar de nuevas experiencias.
Aunque cada uno
de nosotros debe recorrer su propio camino, uno es el que
pisa y quien establece donde pone sus pies, que es lo que nos lleva a nuestra
realidad y autoafirmación. El maestro no conduce, solo guía, orienta. Es el
trabajo del alumno detrás de los pasos de quién ha recorrido antes ese camino
lo que puede permitirle alcanzar la autorrealización, cambiando su realidad.
Tanyate vistriyate gñyanamanena iti tantram
Aquello por lo cual se logra, prolonga y se perfecciona el conocimiento y sus poderes es Tantra». Mahanirvana Tantra
El conocimiento
y el poder del Tantra tienen su origen en la mente. Lo que se
expande (gñyana) el conocimiento, y los poderes de ese conocimiento
tienen su
origen en la mente, son percibidos por la mente y han de ser comprendidos por la
mente y asimilados por esta. La mente es el medio del conocimiento y el campo
del conocimiento.
El universo existe en tu mente, por tu mente. Tantra shastra.
Bajo ningún concepto se acepta que la mente sea un obstáculo para la realización
dentro de la óptica del Tantra. Para que exista aceptación de la realidad, tiene
que existir percepción de la realidad, pues la mente es tan subjetiva que si no
existe percepción de algo, es como ni no existiera ese algo, y se puede
regalar existencia a algo, tomando percepción de la existencia de ese algo.
Sehtra (el campo = mente+cuerpo), el campo donde ha de cultivarse el conocimiento para que florezcan los frutos del mismo, o campo de batalla donde han de lidiarse los conocimientos y percepciones que han de llevarnos, unos a la limitación y otros a la superación o liberación , y quien controle, gobierna el núcleo de la mente.
¿Qué
núcleo de la mente es ese? Ese es el gran problema. Ahí es donde el Tantra se
funde con la teología y empieza a hablar de la divinidad. El núcleo de la mente
es la divinidad.
Todo lo que se desarrolle a partir de esta filosofía, forma o método de vida que
es el Tantra no provoca, bajo ningún concepto, ningún rechazo de la persona en
ningún campo, ya que según las escrituras, la mente y el cuerpo están unidas de
tal forma que dicen: ¿dónde está la mente?, y responden: en el cuerpo. ¿En qué
lugar? Por todo el cuerpo, porque los diferentes elementos constitutivos de la
mente tienen su referencia en distintos estímulos de los órganos, huesos,
articulaciones... etc. Es decir, un punto emocional determinado estará
residiendo en un órgano u otro. Una capacidad deductiva a su vez, tiene un
proceso químico que permite que sea, y a su vez se estimula desde la propia
percepción energética, porque centrar la mente en algún sitio seria una gran
osadía.
La realidad, de acuerdo al Tantra, es que si el cuerpo es la mente, el cuerpo es
algo divino, ya que el núcleo de la mente es divino, de ahí la concepción
sagrada del cuerpo por el Tantra y la total aceptación de este y todas sus
funciones.
A través de la mente conocemos el cuerpo y a través del cuerpo conocemos la
mente, y todo lo que conocemos lo hacemos a través de la unidad mente-cuerpo.
Esto es lo que hace que esa unidad, que se relaciona con todo, sea mejor o peor,
o según el lenguaje del Tantra, se expanda y se libere o no se expanda ni se
libere.
Si la persona olvida, oculta, reprime alguna de sus funciones (físicas o
mentales) no se expande y no se libera, incluso con algunas tan primarias como
la evacuación. Y así, es necesario que además de un buen proceso mental, exista
también un buen proceso de evacuación. Por eso, muchos textos tántricos inician
las prácticas con procesos de purificación, tanto física como mental.
De esta forma el Tantra abraza a la persona por todas partes, en su total
integridad, no la separa de ninguna de sus partes, ni de ninguno de sus
procesos.
Mukti bhukti vydiayakam
La sabiduría es un equilibrio entre gozos y transcendencias. Entre el placer y la espiritualidad. Rudrayanmala Tantra
El Tantra es un camino de Perfección donde se combinan sabiamente los
placeres inherentes a la naturaleza humana y las dichas que sólo provienen
de un camino místico, profundo y regulado.
El Tantra consagra al Ser humano como el nexus del Universo. Afirma lo positivo y negativo, lo masculino y femenino y le llama aquello que determina todo, Brahman. Aquello que no es negativo, ni positivo; que es Todo y es Nada; aquello que no se puede conocer con el intelecto, aquello que siendo la esencia de todo, esta más allá de todo. El Tantra enseña que el hombre puede conocer esta realidad, por eso el Tantra lo acoge todo, todo es válido. La vía tántrica hace fuego con cualquier madera. Como dice Abhinavagupta:
En el momento de penetrar en la Realidad suprema, se considera como un medio todo lo que se encuentra a mano, sea lícito o ilícito; porque, según el Trika, uno no debe entonces someterse a ninguna restricción. Tantrâloka IV
Un choque vibratorio puede producirse en un ser de sensibilidad afinada y dotado igualmente de vîrya, a causa de cualquier impresión sensorial: sonido, grito, canto, imagen, color, forma bella, tacto, sabor, olor, y también un recuerdo, o una evocación voluptuosa. Todo placer sensual reenvía a la energía divina de felicidad (ânandashakti) o al menos apunta hacia ella (o es un reflejo de ella si se quiere ver las cosas en sentido inverso) ya que todo deseo profundo, es deseo de la plenitud del Ser. El gozo, sea estético o amoroso, es por naturaleza unificador, anula o suspende la dualidad entre sujeto y objeto. Pero mientras que el profano no vive generalmente estos momentos más que con avidez o como compensación a un malestar (un alivio breve en un mundo sin brillo), el yogui se establece ahí con una especie de frescura lúcida hasta encontrar en esa situación el sabor (rasa) de su verdadera naturaleza. Asiste en sí mismo al despliegue y a la reabsorción de la energía, o por decirlo de otra forma, transforma la energía en consciencia. Asimila tan bien el movimiento pasional y emocional que se vuelve dueño de ese movimiento y por lo tanto se libera de él. Tal es el significado profundo de los ritos secretos de la Mano Izquierda. Estos medios prohibidos por la ortodoxia brahamanica (el alcohol, el consumo de carne o la unión sexual con una mensajera o dûti) no podrían liberar más que al que ya está liberado del egoísmo, de la avidez, del apego. Para los demás no serán más que tinieblas sobre las tinieblas, veneno sobre el veneno.
Om Namah Shivaya
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